Si hay algo que siempre le tratan de recordar a los niños cuando empiezan a jugar fútbol es que lo primero que hay que hacer es divertirse.

Unas veces se gana, otras se pierde, pero la diversión en la cancha es lo que hace que el sentimiento que se tiene con el contacto de un balón perdure en el tiempo.

Es por eso que a Jody Haislip se le aguan los ojos cuando habla del club que fundó junto a su hermano mayor James en las afueras de Baltimore en 1997 y que este martes vivirá su propio cuento de hadas cuando enfrente al DC United en la cuarta ronda de la Copa de Estados Unidos.

Se trata del Christos FC, el último club aficionado que sobrevive en el torneo de fútbol más antiguo en territorio estadounidense.

"No es por casualidad que tenemos la palabra 'Hermanos' impresa debajo del escudo en nuestras camisetas", le dijo Haislip a Jonah Fontela, de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, el organismo encargado de la organización del torneo en el que participan 99 clubes desde los de la Major League Soccer, la principal liga profesional del país, hasta los pequeños equipos aficionados que lograron su clasificación en campeonatos regionales.

En su marcha triunfal, el Christos FC venció primero al Fredericksburg 3-0, luego sorprendió al Richmond Kickers, club que pertenece al equivalente de la segunda división del fútbol profesional, y luego selló una victoria por la mínima frente al Chicago FC United.

El próximo en la lista es un gigante del fútbol estadounidense, ganador tres veces de la Copa y tres veces de la MLS.

"Cervezas por cuenta de la casa"

Pese a la trascendencia del partido, los jugadores del Christos no piensan hacer nada diferente a la rutina que les ha llevado a convertirse en uno de los equipos más potentes del fútbol aficionado.

En su preparación para esta noche no hubo un entrenamiento especial, ni se analizó al rival, ni se habló de la táctica que utilizarán.

Simplemente se escucharon las tradicionales historias y los cuentos que han acompañado al equipo durante los últimos 20 años en la que ha sido la sede desde su fundación, la licorería Christos Discount Liquor Store, que se convirtió en su primer patrocinador gracias a la iniciativa de uno de sus dueños y amante del fútbol, Nick Christopoulos.

Entre los trofeos que adornan las vitrinas del club, o más bien que se encuentran encima de un congelador donde almacenan el hielo, hay seis títulos regionales: cinco los logró en los últimos cinco años y dos de ellos el año pasado tras sumar una racha de 50 partidos ganados consecutivamente.

"No nos sentimos inferiores", aseguró el defensor Chris Wilson, un especialista en informática que es que lleva más tiempo en activo en el primer equipo.

"Todos estamos haciendo lo mismo, trabajando y jugando fútbol por diversión. Pero ahora estamos en un punto donde se trata de algo más", reconoció Wilson en el artículo que reseña la previa al partido contra DC United.

El mismo discurso se fue repitiendo entre los jugadores, todos resaltando la química que hay en el equipo, la histórica oportunidad que tienen e invocando el mantra escrito en sus camisetas: "Christos hasta la muerte".

Ellos saben que el resultado más lógico es una derrota, pero también son conscientes que en fútbol eso no es algo que siempre ocurre y se aferran a la más mínima esperanza de ser el primer club aficionado en superar la cuarta ronda de la copa desde que comenzaron a participar los equipos de la MLS en 1996.

Pero sea cual sea el marcador en el Maryland SoccerPlex, cuando regresen los jugadores a su sede en la licorería en Ferndale, lo más seguro es que volverán a escuchar la misma voz que sale desde la caja registradora y que les da la bienvenida después de cada partido: "Las cervezas van por cuenta de la casa".

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