No son el tipo de encuentros que se dan a la salida de un estadio o la foto de rigor que los aficionados piden cuando se topan con el ídolo que más admiran.
Estas son historias que trascienden el imaginario de la mayoría de los hinchas del mundo, que suelen admirar en silencio y en raras ocasiones se atreven a buscar lo que se podría pensar son deseos imposibles.
Lo increíble es que sea por azar o por insistencia, hay sueños que terminaron convirtiéndose en realidad.
En BBC Mundo recogimos cuatro de estas historias que demuestran que la esperanza es lo último que se pierde.
1. "No tuvo piedad"
El aficionado al golf Mark Johnson, cartero de Peterborough, en Reino Unido, utilizó su cuenta en Twitter para mandarle un mensaje a su ídolo, el español Sergio García, en un intento de ser su caddy por un día.
Y lo hizo durante 206 días consecutivos.
Con la etiqueta #Letmecaddieforyou (#déjamehacerdecaddyparati), Johnson no cesó hasta que un día tuvo la notificación que más estaba esperando.
"Ok @markjohno6969 creo que he encontrado el día perfecto para que puedas sentir lo que es llevar mi bolsa y hacer tu sueño realidad. ¿Estás listo?", escribió el más reciente campeón del Masters de Augusta.
El día llegó esta semana, durante el principal torneo británico para aficionados y profesionales.
"No tuvo piedad", bromeó García, agregando que Johnson lo había hecho genial y que se lo habían pasado "muy bien".
Para Johnson, él tuvo mucho que ver en el buen comienzo que tuvo García, más allá de los que pasó después.
"Arrancó con un birdie y me hago responsable de eso, pero después se me cayó la bolsa", admitió.
2. La mejor cita de su vida
El caso de Johnson recordó el que se vivió durante la final del fútbol americano el pasado mes de febrero, cuando la apabullante ventaja que disfrutaban los Atlanta Falcons sobre los New England Patriots hizo pensar que ya estaba todo decidido en el Super Bowl.
Fue por eso que segura de la victoria de los Falcons, ya que nunca se había remontado una desventaja de 21-3, la tenista canadiense Eugenie Bouchard proclamó en Twitter que ella ya sabía de quienes iban a ser los campeones del fútbol americano.
Pero uno de sus seguidores se atrevió y le lanzó una apuesta: "¿Si los Patriots ganan tenemos una cita?"
John Goehrke, de 22 años, no se podía creer su suerte cuando New England consiguió la histórica victoria y minutos después recibió un mensaje de Bouchard: "Entonces, ¿dónde vives?".
El estudiante de Misuri viajó hasta Nueva York donde lo esperó la tenista y juntos fueron a ver un partido de baloncesto de la NBA entre los Nets y los Bucks.
Bouchard calificó a su cita de "fantástica" y aseguró que había sido todo un "caballero". Goehrke fue más allá aseguró que había sido "la mejor cita" de su vida.
3. "Yo quiero a Messi y Messi me quiere a mí"
Murtaza jamás soñó que un día podría tener una camiseta de fútbol de su ídolo y mucho menos que lo llegaría a conocer.
Pero eso fue exactamente lo que le pasó a este pequeño niño afgano de 5 años que conmovió al mundo cuando una foto de él, portando una bolsa de plástico albiceleste con el número 10 y el nombre de Messi se hizo viral en las redes a comienzos de 2016.
La imagen llegó hasta el astro argentino quien tras confirmar de quién se trataba gracias al trabajo del equipo de BBC Trending le hizo llegar dos camisetas oficiales con su firma.
Murtaza se declaró "extremadamente feliz" por el obsequio, pero su cuento de hadas no acabó allí y meses después pudo conocer en persona a su ídolo en un encuentro amistoso del Barcelona en Qatar.
4. El inesperado partido de tenis
Ha sido un año bastante ocupado para la estadounidense Serena Williams.
Además de vivir un embarazo y el nacimiento de su hija Alexis, de responder elegantemente a las controvertidas declaraciones de John McEnroe, de abogar por el derecho de las mujeres negras y de ganar el vigésimo tercer Grand Slam de su carrera, la menor de las hermanas Williams también tuvo tiempo para darle la sorpresas de sus vidas a dos aficionados que jugaban tenis en un parque en San Francisco.
Sin estar vestida para la ocasión, a la tenista se le ocurrió mientras caminaba por el parque preguntarle a los dos aficionados si podía pelotear un poco con ellos para ver su reacción.
"¿Puedo jugar con el ganador?", preguntó Williams ante la sorpresa de los jugadores.
"¡Oh Dios mío! ¿Es verdad?", fue la respuesta de uno de ellos.
No se sabe si hubo un partido, pero Serena aseguró al final que todavía permanecía "invicta".