Los restos de la leyenda del fútbol brasileño Manuel Francisco dos Santos, más conocido como Garrincha, se encuentran en paradero desconocido, informaron miembros de su familia.
Los huesos de la exestrella de la selección brasileña y del Botafogo, entre otros equipos, pudieron haberse perdido durante un traslado que se realizó hace años en el cementerio de la ciudad de Magé, en el estado de Río de Janeiro.
Garrincha, jugador recordado por sus imprevisibles gambetas, murió en la miseria en 1983 a los 49 años. Padecía problemas de alcoholismo.
"Mi padre no merecía eso", lamentó Rosangela Santos, hija del jugador a la página de noticias O Globo.
Este medio señala que la administración del cementerio confirmó la desaparición de los restos del jugador.
Priscila Libério, administradora del camposanto de Magé, admitió que los restos de Garrincha pudieron haberse perdido hace una década cuando fueron movidos de la tumba en la que se encontraban para enterrar a uno de sus familiares, aunque añadió que no se sabe a ciencia cierta si su cuerpo estuvo enterrado allí antes de eso pues no existen registros.
Un primo de Garrincha, Joao Rogoginsky, afirmó que en esa ocasión los huesos fueron removidos para ser colocados en un nicho.
Sin embargo, dijo que "la familia no recibió ningún documento".
Magé fue la ciudad natal del puntero derecho brasileño.
Un jugador fantástico
Garrincha jugó 50 veces para la selección de Brasil entre 1955 y 1966, y ganó los mundiales de fútbol de 1958 y 1962, en el que compartió la bota de oro con el húngaro Flórián Albert.
Un ranking de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol lo colocó como el octavo mejor futbolista de todos los tiempos.
Brilló durante 14 años en el Botafogo, uno de los clubes más importantes de Río de Janeiro.
La poliomielitis le malogró las piernas y la espalda en la infancia. Pese a ello logró ser futbolista profesional.
En el mundial de Chile, con Pelé lesionado, fue el líder del equipo que llevó a la verdeamarelha a su segundo título mundial.
Algunos de los apodos que le colocaron durante sus años de gloria fueron "la alegría del pueblo" y el "ángel de las piernas torcidas".
Garrincha es el nombre de un pájaro brasileño, caracterizado por ser poco vistoso, pero muy veloz.