Argentina, Uruguay y Paraguay quieren ser la sede de un Mundial de fútbol.
Eso fue oficializado este miércoles en Buenos Aires, donde los presidentes Mauricio Macri, Tabaré Vázquez y Horacio Cartes se reunieron con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
"La región merece organizar un Mundial, una pasión que compartimos uruguayos, paraguayos y argentinos, además de aprovechar esto para seguir consolidando los vínculos", dijo Macri.
La idea, aseguró, sería "utilizar dos o tres estadios de Paraguay y Uruguay y entre seis y ocho de Argentina".
El Mundial de 2030 será el aniversario número 100 de la competición más importante del fútbol internacional, la cual fue celebrada por primera vez en Uruguay en 1930.
Inglaterra es el único país que ha oficializado su candidatura para el Mundial de 2030, aunque se cree que países del sudeste asiático también esperan dar a conocer un proyecto para entrar en la competencia.
El reto
Aunque Argentina, Uruguay y Paraguay son países con una profunda tradición futbolística, también fueron el núcleo del escándalo de corrupción que explotó en 2013 y dejó a decenas de altos funcionarios de la FIFA, muchos de ellos sudamericanos, en la cárcel en Estados Unidos.
El mayor reto de esta candidatura, dice nuestro corresponsal en Argentina, Daniel Pardo, "es lograr demostrar que la organización de este evento colosal se puede hacer de manera trasparente, sin demoras en las construcciones y sin sacrificar el bienestar de la población local".
"El antecedente de Brasil, donde hubo problema incluso en la entrega de los estadio a días de iniciar el evento, no juega a favor de la candidatura sudamericana, que no obstante recibió un estilo de respaldo de parte de Infantino este miércoles", añade nuestro corresponsal.