Fue en blanco y negro, a comienzos de 1939, cuando Perú tuvo su primera gran alegría en el fútbol.
Liderada por el acierto goleador de Lolo Fernández y su socio Jorge "Campolo" Alcalde, la selección de la banda roja venció a Uruguay en el partido decisivo para conquistar invicto el entonces llamado Campeonato Sudamericano.
La alegría de los aficionados desbordaron las calles de Lima y todo gracias a la influencia de un minero inglés que había aterrizado en el país unos pocos meses antes.
Su nombre fue Jack Greenwell, quien desde entonces ha sido el único entrenador europeo en conquistar el más prestigioso trofeo del fútbol sudamericano, la Copa América.
"Puede sonar desconocido para las nuevas generaciones, pero sin duda fue un personaje importante que influyó positivamente en el fútbol sudamericano", publicó la Conmebol en un artículo dedicado a su figura.
La carrera de Greenwell y su vida parecieron inspiradas en el guión de una película.
"Su historia es extraordinaria y necesita ser contada", le dijo a la BBC el periodista Rory Smith, redactor en jefe de fútbol del periódico The New York Times.
"Campeón del Mundo"
Greenwell nació en 1884 en Crook, un pequeño pueblo que se encontraba rodeado de minas de carbón en en el noreste de Inglaterra.
Tras salir del colegio se convirtió en minero y comenzó a jugar como carrilero para el Crook Town a los 17 años.
En 11 temporadas con el equipo ganó una liga regional y tuvo numerosas participaciones en la Copa de la Asociación Inglesa de fútbol, que por entonces era el torneo más prestigioso del país.
En 1909 fue invitado a jugar para el West Auckland Town cuando ganaron el trofeo Sir Thomas Lipton en Italia, que para muchos historiadores es considerado como la "primera Copa del Mundo".
Tres años después, Greenwell llegó al Barcelona.
"Probablemente hizo contactos cuando estuvo viajando por Italia con el West Auckland", le contó el historiador Michael Manuel a los periodistas de la BBC Lee Johnson y Duncan Leatherdale.
"Es probable que había alguien del Barcelona a quien le gustó lo que estaba viendo y quien pasó uno o dos años tratando de persuadirlo para que fuera a jugar allá".
El futbolista inglés jugó 88 partidos con el conjunto catalán, marcó 10 goles y ganó dos campeonatos de Cataluña, torneo que precedió a la Liga española.
Sin embargo, su mayor impacto ocurrió una vez que se retiró como jugador.
La semilla del tiki-taka
"El fútbol era jugado de una cierta manera, en ese tiempo no había realmente tácticas", recordó Smith, quien también es el autor del libro Mister, donde escribe sobre Greenwell y otros cinco ingleses que contribuyeron a globalizar el deporte del balón.
"Tenías dos defensas, tres mediocampistas y esencialmente a cinco delanteros y así era, no se movía nadie".
"Greenwell empezó una forma de experimentar con eso, agarró a Paulino, quien en ese momento era la estrella en el ataque del Barcelona, y lo hizo jugar como defensa central".
"No funcionó, pero le hizo pensar que si hacía pasar el balón por el central tal vez podían construir el juego desde la defensa".
Su filosofía era comenzar el ataque desde atrás, pasando el balón entre los jugadores en lugar de tratar de regatear a los rivales.
"El fomentó el estilo de pase y en aquella época eso era muy extraño", resaltó Smith.
"Eso lo hizo único. Tristemente nadie quería jugar así en Inglaterra".
Greenwell comenzó su periplo al frente del Barcelona en 1913, guiando al conjunto catalán a ganar cinco campeonatos catalanes y dos Copas del Rey.
Pero según Andy Murray, periodista de la prestigiosa revista británica FourFourTwo, su legado fue más importante que sus trofeos siendo el primero en sembrar la semilla del fútbol de pase que ha identificado al Barcelona a lo largo de su historia.
"Sin duda alguna es uno de las figuras más influyentes y esenciales en crear ese estilo", le dijo Murray a la BBC.
El juego en Inglaterra se basó en esa época en pasar el balón lo más rápido posible a los delanteros, quienes tenían que encarar a los defensas y tratar de pasarlos en el uno contra uno.
"Utilizar más pases era visto como escaquearse la responsabilidad".
"Esa fue una razón por la que gente como Greenwell tuvo que salir al extranjero donde sus ideas eran más apreciadas", comentó Murray.
Trotamundos
Tras un primero período con el Barcelona, Greenwell se hizo cargo en 1923 del RCD Espanyol, con el que ganó dos campeonatos de Cataluña y la Copa del Rey de 1929.
Dos años después regresó al conjunto azulgrana, ganando una liga antes de llegar al Valencia y, a raíz del estallido de la Guerra Civil, mudarse a Turquía en 1936.
Su vida de trotamundos lo hizo llegar a Perú en 1938 para hacerse cargo de la selección y al mismo tiempo del club Universitario de Deportes, consiguiendo al año siguiente el histórico título de la Copa América y la liga peruana.
Esos triunfos llamaron la atención de dirigentes colombianos que hicieron lo imposible por contar con el entrenador que había producidos tantos éxitos durante su carrera.
Pero dada la inestabilidad que hubo en el mundo a comienzos de los años 40 por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que obligó a la suspensión de torneos internacionales, Greenwell no pudo dejar su huella en la selección colombiana.
En 1942 falleció a los 58 años al sufrir un infarto cuando conducía hacia su casa después de un entrenamiento.
"Lo que realmente fue triste es que él dejó todo por el fútbol", dijo Smith.
"Dejó Crook, su casa y su familia por España, luego tuvo que abandonar todo en España por la guerra y luego dejó a su familia en Perú para ir a Colombia".
"Es una historia muy impactante de alguien quien simplemente lo que quería era enseñar fútbol", resaltó el periodista británico.