El 18 de junio la Selección chilena enfrentaba a España en el Estadio Maracaná, en Río de Janeiro, con la ilusión de ganar para asegurar su paso a los octavos de final del Mundial de Brasil 2014.
Los europeos llegaban a la cita planetaria como los campeones defensores, tras levantar la copa en Sudáfrica 2010, pero no pudieron frente a la escuadra dirigida por Jorge Sampaoli y se despidieron prematuramente del certamen.
Con goles de Eduardo Vargas y Charles Aránguiz la Roja se impuso 2-0, desatando la locura en el país tras avanzar a la segunda ronda del Mundial.
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