Es un momento que seguramente nadie quiere recordar pero que sin duda marcó el año de la Selección chilena.
El 28 de junio la Roja se medía ante Brasil, el anfitrión, en los octavos de final de la Copa del Mundo. Tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario, con anotación de Alexis Sánchez para el "Equipo de Todos", el partido debió definirse a través de los lanzamientos penales.
Previamente, en el alargue, Chile estuvo muy cerca de dar el golpe y eliminar a los dueños de casa, pero el destino quiso otra cosa. Corría el minuto 119, de 120 que debían jugarse, y Mauricio Pinilla estrelló un remate en el travesaño. Era el 2-1 y la clasificación de la Roja a cuartos de final.
El resto de la historia ya es conocida. Finalmente el encuentro terminó 1-1 y los dirigidos por Jorge Sampaoli no pudieron frente al "Scratch" desde los once metros.