Un desenlace de madrugada. A las 2.12 AM, Elisa Loncon dio por suspendida la sesión tras la octava votación por la presidencia de la Convención y una jornada que, hasta entonces, llevaba 8 votaciones y 16 horas de deliberaciones, que habían partido a las 10 de la mañana del martes. La idea era reanudarla minutos después.
- Pero lo que terminó ocurriendo, casi al instante, fue el anuncio de la convencional Cristina Dorador (Movimientos Sociales) de bajar su postulación, luego de haber estado a 6 votos de llegar a los 78 que requería para llegar a la testera -en la sexta vuelta- y haber perdido fuerza en las sucesivas mediciones. La ex Concertación, Independientes No Neutrales y Chile Vamos habían levantado sus propios candidatos, lo que, queriéndolo o no, forzó a Dorador a dar un paso al costado.
- A las 4.14 se reanudó la sesión. Y la primera en tomar la palabra fue Loncon: “Estamos cansados, necesitamos descansar para tomar mejor esas decisiones y por otro lado tenemos responsabilidades, aquí hay funcionarios que también tienen que ir a dormir, los mismos periodistas tampoco han dormido, entonces por esa razón hemos pensado suspender ahora para retomar la sesión hoy a las 3 de la tarde”.
- Jaime Bassa, el vicepresidente, habló después. “Desde la mesa saliente queremos hacer un llamado a la generosidad en la deliberación. La constituyente necesita que seamos capaces de dar pasos juntos, juntas. La ciudadanía está esperando certezas”.
- Bassa indicó posteriormente que la mesa ampliada había tomado la determinación, en base a la normativa de la constituyente, por lo que la decisión fue informada y no compartida con el resto de los presentes.
- Las casi dos horas de deliberaciones de los constituyentes, de madrugada y en los patios del ex Congreso, habían fracasado.
Factores en juego. Existen múltiples razones que explican por qué el proceso tuvo severas dificultades y finalmente no se pudo llegar a un acuerdo para la presidencia de la Convención, que, de acuerdo a Cadem, logró detener la caída sostenida en su confianza tras la elección de Boric en segunda vuelta.
1.-La caída de Ramona Reyes y el fracaso de un diseño. El trato original de una parte de la izquierda era que un socialista encabezara la Convención en acuerdo con el Frente Amplio. Se exigió que fuera mujer y la elegida fue Ramona Reyes. Pero todo se cayó por la presión que se generó a partir de la difusión de investigaciones de la Contraloría de los años en que Reyes era alcaldesa de Paillaco. El FA la abandonó en la tercera votación, plegándose a Cristina Dorador, de los Movimientos Sociales.
2. La bajada de la candidata PC no fue gratis. Si bien Bárbara Sepúlveda bajó su candidatura un día antes de la elección, sus votos no siguieron al acuerdo entre FA y el colectivo socialista y el partido depositó su respaldo en Eric Chinga, un represente diaguita que había militado en la colectividad. Al igual que el FA, los comunistas se terminaron plegando a Dorador una vez que se cayó la opción de Reyes, que aparejaba la vicepresidencia de Beatriz Sánchez.
3. Las heridas que dejó la elección en el FA-PC. Solo en la tercera votación, tras un diseño que fracasó por factores exógenos a su plan inicial, se unieron en torno a Dorador. Las tensiones y divisiones en Apruebo Dignidad relevaron las dificultades que tendrá Boric para mantener unida a la coalición -que en la Convención muchas veces ha tomado posiciones opuestas- y reflejó las diferencias internas en torno al rumbo de la asamblea y el calado de las transformaciones que requiere el país.
- El PC apostó por mantener en pie el viraje hacia la izquierda de la asamblea, un factor que, de acuerdo a personeros del partido, no garantizaba el acuerdo del FA y el PS, colectividad a la que Boric invitó a formar parte de su gobierno. “Tiene que ser una mesa que recoja lo más posible el espíritu transformacional que el país ha depositado en esta Convención. Y ante cualquier bloque que dé vestigios o tenga señales de solo situarse desde el centro y no desde la transformación, preferimos una mesa que tenga una profunda vocación transformadora”, afirmó Marcos Barraza, la voz del PC en la asamblea. “Nos parece que va en línea con generar un contrapeso al centrismo que se ha instalado en la Convención. Hay un riesgo alto de que se instalen sectores que hoy quieren una Constitución gatopardista”, añadió Sepúlveda.
- Para algunos, el paso al costado de Dorador instala una interrogante no solo respecto de a quién endosará sus votos o si surgirá un nuevo candidato o candidata, sino que, además, qué posición adoptará el FA y el PC y si actuarán en forma conjunta.
- Hasta ahora lo único claro es que la votación, y el proceso constituyente, se ha vuelto impredecible.
4. La opción de Patricio Fernández y el rol de Independientes No Neutrales. Fue levantado por la Lista del Apruebo y contó en principio con el acuerdo de RN, ampliándose luego a toda la derecha (excepto los republicanos). Se trataba de una carta más moderada y dialogante frente a la de la izquierda, en la recta final de la Convención. Llegó a estar a 4 votos de Cristina Dorador, aunque lejos de los 78 que requería para llegar a la testera. Pero la decisión de Independientes No Neutrales de levantar a última hora al candidato Gaspar Domínguez y retirarle su respaldo fue clave en su salida de la escena.
5. Los pueblos originarios (y el acuerdo que nunca llegó). Algunos integrantes de los pueblos originarios se sintieron desplazados en la negociación original del FA y el colectivo Socialista. Y persistieron en votar por el convencional Eric Chinga, que durante la tarde ofreció bajar su candidatura, pero a cambio de que Dorador les otorgara una vicepresidencia. Aquello suponía el retiro de la postulación de Rosa Catrileo a la vicepresidencia de la mesa a la que aspiraba Dorador. El acuerdo nunca llegó.
6. La fragmentación y el desgaste de Cristina Dorador. En la tercera votación, tras la caída de la socialista Ramona Reyes, los colectivos y partidos sufrieron una serie de fragmentaciones a la hora de votar, lo que por momentos puso cuesta arriba sellar un acuerdo. La opción de Dorador, la favorita para suceder a Loncon durante buena parte de la jornada, se desgastó a partir de la séptima votación, cuando se levantaron candidaturas paralelas a ellas -como la de Benito Baranda- y no se bajaba Chinga, lo que impidió un consenso en torno a ella.
7. El fin de la fórmula Loncon-Bassa. El esquema que llevó a la dupla Loncon-Bassa a la testera, compuesta por el apoyo de los pueblos originarios, el Frente Amplio y el Colectivo Socialista, se quebró. Los pueblos originarios se dividieron y algunos de ellos respaldaron hasta el último a Chinga. Loncon, que ha enfrentado críticas internas entre los escaños reservados, lo hizo por Dorador.
8. La dificultad de alcanzar la mayoría. La jornada para escoger al sucesor de Loncon, que duró 18 horas y requería 78 votos, vale decir, la mitad de los convencionales, hace presagiar la dificultad de aprobar al menos en forma expedita un texto constitucional por 2/3 de sus representantes (más de 100 votos).