-Ha pasado un año ya desde que empezó la Convención y tuviste ese papel tan importante para que las cosas comenzaran bien. ¿Cómo has vivido este año?

-Trabajando. Expectante. Y con mucha esperanza.

-¿Estás satisfecha con el trabajo de la Convención?

-No me corresponde pronunciarme sobre eso. Yo creo que ellos han trabajado muy honestamente, de buena fe, así que es difícil calificar el trabajo de esta Convención. Es difícil decir si estoy contenta o no. Le corresponde a la ciudadanía el 4 de septiembre pronunciarse sobre el punto.

-¿Seguiste de cerca el proceso?

-A mi me correspondió dirigirlo el 4 de julio del año pasado. Después seguí muy en contacto con muchos convencionales.

-¿Cómo cuáles?

-Distintos. Elsa Labraña, Ricardo Montero, en fin. Tenían distintas áreas que les interesaban, pidieron ayuda y por supuesto que cooperé en lo que me correspondía. Pero no tuve una tarea específica de colaboradora o de asesora.

-¿Cómo has visto el proceso? ¿Fue mucho trabajo y muy difícil ponerse de acuerdo entre tanta gente?

-Bueno, hacer una carta fundamental es un trabajo complejo, porque significa buscar consensos, ponerse de acuerdo, madurar dentro del proceso, conocer al otro, en fin. Lo ideal es nunca perder el objetivo del trabajo. Hacer las cosas muy responsablemente. Es muy difícil cuando tienes bases que pueden dividir más que acercar. La meta es buscar elementos constructivos, y no lo contrario. Así que supongo que han pasado por todas esas etapas de aprendizaje, esos períodos de trabajo en común.

-¿Sientes cierto cariño o amistad por algunos convencionales?

-A todos les tengo muchísimo afecto.

-¿Tienes decidido tu voto en el plebiscito de septiembre?

-Por supuesto que voy a participar, pero siempre he votado en blanco, porque a mi me corresponde intervenir en el proceso de calificación. Entonces, prefiero estar un poco más alejada de la pasión.

-¿Vas a votar en blanco?

-Blanco.

-Este último año, tuviste mucha exposición que antes no tenías.

-Me siento muy agradecida. Claro, me vi expuesta a una realidad que no estaba dentro de mis posibilidades y de mi trabajo. Siempre he preferido muchísimo la discreción, la prudencia, el trabajo silencioso, pero me correspondió colocarme en esta situación y he tratado de contestar las preguntas que las distintas personas me hacen: periodistas, colegas, amistades, gente de la calle que me para…

-¿Todavía mucha gente te reconoce?

-Sí, sí.

-¿Cómo te cambió a vida desde ese 4 de julio del año pasado?

-Aparte de que la gente me reconoce en la calle, no he tenido ninguna diferencia. Sigo cumpliendo mi larga jornada de trabajo, con la misma pasión de siempre. Laboralmente no he tenido ningún cambio.

-¿Y piensas seguir así, no tienes planes de cambiar?

-Me hicieron una propuesta para integrar como ministra el Tribunal Constitucional, pero por supuesto que la Cámara ejerciendo su legítimo derecho tuvo otra opción, así que en el Senado la dupla que había propuesto el comité reglamentario fue rechazada. Seguramente para poder concretar la nueva dupla van a tener que volver las bancadas de los partidos a nombrar los nuevos candidatos.

-¿Quién te contactó?

-En su oportunidad me contactaron las bancadas independientes y el Partido de la Gente.

-¿Sientes afinidad con este partido, que apoyó a Franco Parisi?

-No. No tengo afinidad ni desafino. Pero si me preguntas si tengo alguna cercanía por sus principios, por su doctrina, la respuesta es no.

-¿Es populista?

-No sé.

-¿Te hubiera gustado ser ministra del TC?

-Por supuesto. Habría sido un honor formar parte del TC. Yo estuve en el TC, conozco el trabajo interno, habría sido un interesante trabajo. Y la plataforma con la cual me sedujeron fue que ya había hecho todo en el Tribunal Calificador -presidente instalado, diputado, senador-, todo lo que corresponde a las autoridades elegidas por votación popular. Y dije: bueno, si el país me necesita en el Tribunal Constitucional, para proteger de alguna manera la institucionalidad, ahí voy a estar. Pero las instituciones funcionaron y dijeron lo contrario. Y también estoy agradecida de eso.

-¿Qué te gustaría hacer ahora? Podrías ser parlamentaria, eres una figura conocida, respetada. ¿Has pensado en una carrera política?

-No, no. No tengo esa vocación de ser un personaje político. Me gusta en lo que estoy, se viene el plebiscito de septiembre. Y no sé que irá a pasar con el quehacer electoral en mi futuro, de modo que creo  que por alguna razón estoy bien donde estoy.

-¿Se te han acercado partidos para ofrecerte alguna candidatura?

-En algún momento sí.

-¿Qué partido?

-Ya no me acuerdo… Se me han acercado tres partidos, son conversaciones con gente que uno conoce. No está en mi esfera eso por ahora.

-¿Partidos de derecha?

-De todos los lados.

–Pero eres una persona de centro derecha, moderada…

-No te puedo contestar eso.

-¿Sería un fracaso para la Convención que ganara el rechazo?

-No. Siempre hay que respetar la manifestación de la voluntad popular. No es fracaso, es lo que quiere la gente. Y a eso nos debemos, a ese poder de hecho que es la ciudadanía. Las autoridades nos debemos a eso.

-¿Te preocupa la mala imagen de algunos convencionales, que se han enfrascado en polémicas?

-Sí. Pero hay que estudiar e informarse sobre el resultado del trabajo que ellos han preparado. A lo mejor nos llenamos de sorpresas favorables.

-¿En qué sentido?

-Lo que he leído veo que está bien escrito; alguien tiene muy buen lápiz, pero hay que estudiar cada una de las normas de ese proyecto, de ese borrador, hay que estudiarlo y votar muy informadamente.

-Has estado en muchas elecciones, desde el plebiscito del Si y No en 1988. ¿Cómo evalúas el plebiscito de salida del 4 de septiembre?

-Este ha sido mi trabajo por más de 30 y tantos años. Soy muy cuidadosa de guardar la votación, las preferencias del electorado. Esa es mi tarea, una tarea técnica. No tengo una tarea política que me anime a preferir algún resultado en el plebiscito.

-¿Crees que va a ser un desafío el voto obligatorio?

-Este es un plebiscito histórico. De suma importancia para el país. Y sin que yo esté llamando a votar a nadie por alguna opción, pienso que ojalá votáramos todos.

-¿Este plebiscito puede servir para que Chile se reencuentre o modere sus diferencias desde el estallido?

-Yo creo que desde el 5 de septiembre próximo tenemos que comenzar a trabajar en ese camino. Buscar las fórmulas del reencuentro, que tanta falta nos hace.

-Más allá de quien gane, ¿tiene que seguir un proceso?

-Ahí comienza el proceso. El 5 de septiembre.

-En general, ¿dirías que la Convención aportó algo importante para el país?

-Creo que la Convención aportó el trabajo que millones de chilenos esperaban. Y si les gusta o no el trabajo que hicieron estos convencionales, se va a reflejar el 4 de septiembre.

-Conociste a Gabriel Boric…

-Sí, mucho. No te olvides que me trajo de regalo un queque. Yo soy respetuosa de las instituciones. Es un hombre muy inteligente y bien intencionado. Lo que le puede faltar es experiencia. Pero tiene un corazón de sobra y una inteligencia también igual, importante.

-¿Vas a ir al acto final de la Convención?

-Si. Voy a asistir.

-¿Te hubiese gustado que fueren los ex Presidentes?

-A un acto tan republicano debieran ser invitadas todas las autoridades y ex Presidentes de la República, cumpliendo los protocolos de rigor.

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