El abogado Aldo Valle, quien desde este miércoles se desempeña como vicepresidente del Consejo Constitucional, aseguró que nunca se debe negar toda racionalidad al otro con respecto al nuevo proceso constitucional que debe enfrentar el país.
Sobre la ceremonia de instalación del Consejo que se realizó ayer, Valle señaló a Tele13 Radio que le pareció “una ceremonia muy propia del sentido que tiene la instalación de un Consejo Constitucional (...) Me pareció un acto que hacía justicia al deber que estábamos contrayendo con toda la ciudadanía”.
Comparando ambos procesos, Valle afirmó que “fue distinta la actitud que hubo en muchos y muchas ayer porque los países también tenemos aprendizajes y a veces esos aprendizajes requieren de experiencias no siempre, creo yo, las más adecuadas y que no siempre tienen un resultado positivo”.
“Cuando uno no le reconoce ninguna parte de racionalidad al otro, la verdad es que lo termina negando y anulando y eso también, a mí por lo menos, me parece que moralmente es muy temerario en el sentido que el otro jamás lo va a aceptar y tendrá siempre derecho a rebelarse de una u otra forma y esto es válido para todos. Cuando alguien tiene mucho poder, sí lo puede ejercer y probablemente políticamente le puede resultar, pero habrá un momento en que ya no le resulte”, agregó.
En ese sentido, el abogado indicó que “uno no debe nunca negarle toda racionalidad al otro porque es también es negarle dignidad al otro (...) Cuando tenemos verdades, lo que tenemos fundamentalmente son verdades entrecomillas, son convicciones muy válidas, muy legítimas, pero nunca al punto de autorizarnos para negar al otro toda participación en esa racionalidad”.
“Yo no creo en una Constitución que deba, por ejemplo, pretender una cosmovisión filosófica (...) las Constituciones tienen objetivos más precisos, más concretos, ya tenemos muy buenas razones para entender que en la sociedad hay necesidades y hay necesitados y que debemos tener esa prioridad, que pensamos distinto en unas cuantas materias y que nunca vamos a reducir eso a algo así como una unidad espiritual, pero que igualmente es posible la convivencia política sobre la base de atender aquello que tiene mayor relevancia para la convivencia pública, no necesariamente para lo que pueda ser mi consciencia privada que ojalá siempre se debe dejar a la autonomía, al fuero interno de todas las personas”, recalcó.