La ciencia presentó el 10 de abril de 2019 un hito en la exploración espacial: la primera fotografía de un agujero negro.

Esta hazaña, que permitirá estudiar y entender mejor el Universo, se logró gracias a un trabajo internacional conjunto de cerca de 200 científicos.

Básicamente lo que hicieron los investigadores es convertir a la Tierra en un gran telescopio virtual.

El nombre del proyecto pionero es Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés).

Para lograr la imagen del agujero negro se necesitaron ocho radiotelescopios ubicados estratégicamente en distintos puntos del planeta.

Y tres de ellos están en América Latina.

¿Cuáles son?

A diferencia de los telescopios ópticos que captan sólo imágenes del espectro de luz visible, los radiotelescopios están diseñados para captar ondas de radio emitidas por distintas fuentes en el espacio.

Los radiotelescopios que conforman el programa EHT se encuentran en volcanes en Hawái y México, montañas en Arizona y y en España, así como en el Desierto de Atacama en Chile y en la Antártica.

En Chile se ubican dos de los radiotelescopios: el ALMA y el APEX.

El ALMA es parte de un observatorio astronómico internacional formado por una asociación del Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con Chile.

El telescopio tiene 66 antenas de alta precisión, repartidas a distancias que pueden alcanzar los 16 kilómetros.

Las antenas trabajan en forma conjunta, como un interferómetro, actuando como un solo telescopio gigante, del tamaño del conjunto total , según explica en su sitio el Observatorio Europeo Austral.

Por sus características, puede estudiar la luz de algunos de los objetos más fríos del Universo.

Y las señales de las antenas se conjugan y procesan en un supercomputador especializado que imita el efecto de un telescopio.

Al incrementar la distancia máxima entre las antenas aumenta el poder de resolución del interferómetro, permitiéndole detectar detalles más pequeños.

Por su parte, el APEX (Experimento Pionero de Atacama) es operado por el ESO.

Para dar una idea de su dimensión, el APEX tiene 12 metros de diámetro.

Además, cuenta con diversos instrumentos de observación, siendo uno de los principales la Gran Cámara Bolométrica del APEX (Large APEX Bolometer Camera o Laboca).

"La Laboca usa un conjunto de termómetros extremadamente sensibles, conocidos como bolómetros, para detectar luz submilimétrica. Con casi 300 pixeles, es la cámara más grande de su tipo en el mundo", describe el sitio web el ESO.

Lugar estratégico

Los dos radiotelescopios fueron estratégicamente construidos en el llano de Chajnantor, en el desierto de Atacama, en el norte de la cordillera de los Andes, a unos 5.000 metros de altura.

Se trata de un lugar casi único en la Tierra por sus condiciones climáticas (alto y seco) y por el amplio espacio disponible para la operación de los dispositivos.

Además del clima, la ubicación del desierto de Atacama ofrece una claridad en el cielo que permite observar muchos objetos importantes a nivel astronómico.

"Tal es la transparencia de sus cielos que el poder de resolución de las imágenes de ALMA ha superado la del telescopio espacial Hubble", destaca el sitio web del ALMA.

Otro aspecto interesante del lugar es que, debido a la sequedad sus suelos, son comparados con los de Marte y es un sitio perfecto para recibir ondas milimétricas y submilimétricas que pueden ser captados por el telescopio.

El más grande del mundo

El tercer telescopio, el Gran telescopio milimétrico Alfonso Serrano (GTM), es un proyecto realizado en conjunto por México y Estados Unidos.

Está ubicado en la cima del volcán Sierra Negra, en el estado de Puebla, en el sur de México, a una altitud de 4.600 metros.

Tiene 50 metros de diámetro y tiene un plato único y movible que es el más grande del mundo diseñado para hacer observaciones astronómicas en longitudes de onda de 0,85 - 4mm, destaca el sitio web del telescopio.

Y el dispositivo mexicano fue clave para lograr la imagen del agujero negro ya que se encuentra en el centro de toda la red de telescopios que participaron en el proyecto, explicó el director del GTM, David Hughes, en una conferencia de prensa el miércoles.

También señaló que gracias a esta imagen se podrán comprobar por primera vez ciertos aspectos de la Teoría de la Relatividad General del científico Albert Einstein, que de otra forma no era posible estudiar.


 

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