"La era de la rivalidad entre grandes poderes ha vuelto".

Las palabras utilizadas por el almirante estadounidense John Richardson, jefe de operaciones navales, no pudo dejarlo más claro: la situación global, en términos de seguridad, es cada vez "más complicada".

"Por eso es por lo que hoy, recuperaremos la Segunda Flota para enfrentar estos cambios, particularmente en el Atlántico norte", anunció el almirante el pasado viernes a bordo del portaaviones George H W Bush en Norfolk, en el estado de Virginia.

El almirante no hizo mención a ningún país en concreto, pero hizo referencia a la Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos, publicada a principios de año. Entre las prioridades establecidas en ese documento, aparecen dos "rivales": China y Rusia.

En este caso, la reactivación de esta fuerza naval parece estar más enfocada a la segunda de estas potencias.

¿Una nueva batalla?

"El restablecimiento de la Segunda Flota es parte de una estrategia mayor para redirigir las fuerzas armadas estadounidenses en un mundo de gran rivalidad entre poderes y lejos de las campañas de lucha contra la insurgencia que (EE.UU.) llevó a cabo en las últimas décadas", explica el corresponsal de la BBC Jonathan Marcus, especializado en Defensa.

En este caso, asegura Marcus, no hay duda alguna de que el objetivo es Rusia.

"Es una respuesta a su mayor actividad naval estos últimos años".

Según la OTAN, Rusia ha incrementado el número de patrullas navales en el Báltico, el Atlántico norte y el Ártico, y la actividad de sus submarinos está en su mayor nivel desde la Guerra Fría.

"Rusia ha elevado sus operaciones con submarinos y está constantemente rastreando las redes antisubmarinos de Estados Unidos", denunció el comandante de la Sexta Flota, el vicealmirante James Foggo III, en un artículo de 2016 del que se hizo eco USNI News, un medio del Instituto Naval de EE.UU.

El vicealmirante lo describía entonces como la "la cuarta batalla del Atlántico".

Foggo comparaba la situación actual con las grandes batallas de submarinos entre los Aliados y los alemanes en la Primera y Segunda Guerra Mundial, y entre la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría.

La vuelta de la flota

Para contrarrestar esa actividad, Washington pondrá de nuevo en marcha su Segunda Flota con base en Norfolk, en Virginia.

Su ubicación, apunta el corresponsal de la BBC, permitirá a Estados Unidos gestionar de manera más coherente los barcos que operan en el Atlántico.

La Segunda Flota de EE.UU. fue disuelta en 2011 como una medida de ahorro, y sus activos y personal fueron reubicados en otras partes de la Marina.

Antes de ser disuelta, la Segunda Flota jugó un papel clave durante la Guerra Fría, con importantes operaciones en el Atlántico norte y en apoyo a sus fuerzas navales en el Mediterráneo.


Segunda Flota de EE.UU.

  • Creada tras la Segunda Guerra Mundial como una Flota de la Segunda Fuerza
  • Rediseñada como Segunda Flota de Estados Unidos en 1950, en apoyo a la OTAN
  • Responsable de 17 millones de kilómetros cuadrados del Atlántico Norte
  • Antes de 2011, gestionaba 126 barcos, 4.500 aviones y un personal formado por 90.000 personas

Ahora, será responsable de las fuerzas navales estadounidenses en la costa este de Estados Unidos así como del Atlántico norte.

Según lo anunciado por la Marina estadounidense, este nuevo comando comenzará a trabajar con un personal formado por 15 personas y ese dispositivo se incrementará a más de 200.

De momento,  no se ha precisado quién será el comandante de la flota ni qué equipos manejará.

Según el medio especializado USNI News, empezará a operar el próximo 1 de julio.

La "amenaza" rusa

El modelo existente de operaciones navales de Estados Unidos también está previsto que cambie de manera significativa.

El secretario de Defensa, James Mattis, ha insistido en que quiere desplazamientos menos predecibles, de menor duración.

Y en este marco, "los expertos consideran que es posible que (Estados Unidos) despliegue un grupo de ataque a aguas europeas de manera más frecuente", señala Marcus.

La OTAN también está planeando poner en marcha un nuevo comando de fuerzas conjuntas para cubrir la misma región que abarcará la Segunda Flota, y los estadounidenses les ofrecieron Norfolk como su puerto base, añade el periodista de la BBC.

Esa nueva fuerza es una de los dos propuestas por la OTAN para frenar a Rusia, que tanto Estados Unidos como Alemania se han ofrecido a acoger.

Y es que la tensión entre Rusia y Occidente no ha hecho más que aumentar en los últimos meses, debido a la guerra en Siria, la supuesta interferencia rusa en elecciones de otros países -como la que puso a Trump en el poder- o el envenenamiento de un exespía ruso en Reino Unido, del que se acusa a Putin.

Rusia, mientras tanto, niega todas las acusaciones de la comunidad internacional, mientras mantiene su pulso armamentístico.

En un discurso en marzo, antes de las elecciones que le volvieron a asentar en el poder, Putin presentó un nuevo misil balístico de "alcance prácticamente ilimitado".

"Ningún país en el mundo tiene, a día de hoy, las armas que tenemos nosotros. Fin de la cita", proclamó.


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