Fue, al decir de Neil Amstrong, un pequeño paso para el hombre, pero un enorme salto para la humanidad.
La hazaña del Apolo 11, ocurrida hace 50 años, estremeció al mundo.
Los pasos de Armstrong fueron seguidos por los de Edwin "Buzz" Aldrin, poco después.
Otras cinco expediciones de la NASA llegaron allí en los años siguientes, hasta diciembre de 1972, cuando Eugene Cernan cerró el ciclo de los alunizajes.
Después de él, ningún ser humano ha vuelto al satélite natural de la Tierra en más de 46 años.
Muchas teorías conspirativas se generaron desde entonces para apoyar la idea de que los alunizajes nunca tuvieron lugar y que las imágenes que se difundieron no fueron más que montajes del gobierno estadounidense.
En mayo la NASA anunció que en 2024 volverá a la Luna con una misión tripulada llamada Artemisa, que llevará por primera vez a una mujer a pisar la superficie del satélite natural.
Sin embargo, la nueva apuesta espacial supuso para muchos una pregunta: ¿por qué ni Estados Unidos ni ningún otro país volvió a enviar humanos a la Luna en casi medio siglo?
Cuestión de presupuestos
Con la hazaña de Armstrong, EE.UU. finalmente ganaba una batalla en la carrera espacial que tenía con la entonces Unión Soviética, que ya había puesto antes a una perra y a un tripulante, Yuri Gagarin, en el espacio.
Pero la gesta resultaba extremadamente cara.
"Enviar una nave tripulada a la Luna era excesivamente costoso y realmente no ha existido una justificación verdaderamente científica para sostenerla", explicó a BBC Mundo Michael Rich, profesor de Astronomía de la Universidad de California en Los Ángeles, en 2017.
De acuerdo con el especialista, más allá del interés científico, detrás de las misiones a la Luna se encontraban motivos políticos y propagandísticos.
Con los años, con la Luna "conquistada" por Estados Unidos, el regreso al satélite comenzó a perder interés.
"No había una justificación científica ni política para volver", afirmó Rich.
"En la práctica, es muy difícil convencer al Congreso de aprobar un presupuesto tan desmesurado cuando, desde el punto de vista científico, no había suficientes razones para regresar a la Luna", comentó.
Durante los años del programa, el monto que destinaba el gobierno de EE.UU. para los planes de la NASA era casi el 5% del presupuesto federal. Actualmente, es de menos de 1%.
"En aquellos años, los estadounidenses estábamos convencidos de que destinar esa cantidad para estos proyectos era necesario. Después de esos años, creo que la gente no estaría muy convencida de que sus impuestos se destinaran para pasear por la Luna", afirmó.
Según dijo el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, a la cadena CNN, la agencia espacial precisará entre 20 y 30 mil millones de dólares para el proyecto Artemisa.
Otra de las razones, dijo Rich, es que la NASA pasó a encabezar otros proyectos de mayor relevancia científica: nuevos satélites, sondas a Júpiter, la puesta en órbita de la Estación Espacial Internacional, investigaciones sobre otras galaxias y planetas, entre otros.
Para Rich, "el proyecto Apolo fue grandioso, pero poco productivo científicamente hablando".
No obstante, Adriana Ocampo, geóloga planetaria de la NASA, dijo a BBC Mundo que la información científica recaudada por las misiones Apolo "fue un salto épico".
La nueva carrera
En los últimos años los potenciales viajes a la Luna comenzaron a ganar nuevamente interés y no solo de parte del gobierno de EE.UU.
De hecho, en marzo el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo: "No se equivoquen: hoy estamos ante una carrera espacial, tal como lo estábamos en los años 60 y lo que nos jugamos es aún mayor".
Cada vez son más las iniciativas estatales y privadas que no solo anuncian un regreso al satélite, sino ambiciosos planes de colonización, la mayoría de ellos basados en el abaratamiento de las tecnologías y la fabricación de naves espaciales.
Muchas iniciativas privadas buscan modelos de negocio espacial que van desde explotar los minerales que hay en la Luna hasta vender trozos del satélite como piedras preciosas.
Y aunque Bridenstine declaró que "la carrera se ha terminado" y que fue ganada hace 50 años por EE.UU. al poner al primer ser humano en la Luna, otros países han logrado hitos pioneros en estos años.
En enero, por ejemplo, la sonda china Chang'e-4 alunizó con éxito por primera vez en el lado oscuro de la Luna.
En este sentido, Rich opinó: "Cuando tienes en cuenta el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado, te preguntas si es todavía necesario enviar a un hombre físicamente a la Luna para probar cualquier tecnología. Entonces entiendes que las razones para volver escapan nuevamente a lo meramente científico".
Con el nuevo proyecto de llevar humanos a la Luna, dijo Rich, "se quiere dar la idea de que Estados Unidos no se quedará atrás en la nueva carrera espacial".
Dicho esto, dado los avances tecnológicos y la apuesta del sector privado por la conquista espacial, en su opinión una base en la Luna o en Marte estén lejos de una realidad.
"En menos de 100 años estoy casi seguro que ya la Luna nos quedará demasiado cerca y estaremos explorando otros lugares del universo".