Es un misterio que ha intrigado a Noruega por cerca de 50 años.
En noviembre de 1970, el cuerpo gravemente quemado de una mujer fue encontrado en un lugar remoto del valle de Isdalen, en Noruega.
Alguien había cortado las etiquetas de su ropa y rasgado las marcas distintivas de sus pertenencias como una forma de impedir que pudiera ser identificada.
Cuando la policía comenzó a investigar su muerte, descubrieron rastros de mensajes codificados, disfraces e identidades falsas, pero nunca pudieron resolver el caso.
Cuarenta y seis años después, la policía noruega y periodistas del sitio de noticia noruego NRK han decidido reabrir la investigación.
Esta es la historia de la "mujer de Isdal" y el rastro de pistas desconcertantes que dejó.
Advertencia: este artículo contiene una imágenes que pueden afectar su sensibilidad.
Clave 1: El cuerpo en el "Valle de la Muerte"
En la mañana del 29 de noviembre de 1970, un hombre y sus dos hijas jóvenes vieron un cuerpo en el Valle de Isdalen.
El cadáver estaba tendido sobre unas rocas, con los brazos extendidos como la posición de un boxeador, típica de los cuerpos que han sido quemados.
Isdalen es conocido por los lugareños como el "Valle de la Muerte", un sitio en el que la gente del Medioevo se suicidaba y en el que algunos excursionistas habían resbalado y caído en medio de la niebla en la década del 60.
Pero la "mujer de Isdal" no parecía ser una excursionista.
"Estaba fuera del camino, era un lugar inusual para dar una caminata", le dice a la BBC Carl Halvor Aas, un abogado policial que estuvo entre los primeros funcionarios llamados al lugar.
El investigador recuerda un "fuerte olor a carne quemada".
"La parte de adelante del cuerpo estaba toda quemada", incluyendo "el rostro y la mayor parte del cabello", indica.
Añade que extrañamente "no tenía quemaduras en la espalda".
"Parecía como si se hubiese lanzado de espalda", alejándose del fuego, señala. Las quemaduras fueron tan graves que los expertos no pudieron imaginar cómo lucía.
Cuando Carl Halvor Aas llegó, el lugar estaba frío. Por eso, no pudo descifrar por cuánto tiempo el cuerpo estuvo allí.
Ni cómo la mujer terminó en el fuego.
Clave 2: los objetos
La policía encontró un número de objetos en la escena, incluyendo joyas, un reloj, una sombrilla rota y algunas botellas.
Pero es el posicionamiento de los objetos lo que dejó la impresión más fuerte en Tormod Bønes, uno de los investigadores forenses.
La mujer no llevaba ni el reloj ni las joyas. Esas prendas habían sido colocadas al lado de su cuerpo.
"La colocación y ubicación de los objetos que rodeaban el cuerpo eran extrañas, parecía como si hubiese habido un tipo de ceremonia", dice.
La policía también encontró un par de botas de goma y medias de nylon.
"Había estado vistiendo muchas prendas de ropa -de materiales sintéticos- y toda esa ropa había sido quemada", indica Tormod.
Al misterio se añadía el hecho de que las etiquetas de producción de la ropa habían sido cortadas.
La policía no halló nada en la escena que le permitiera identificar a la mujer.
La policía pidió información a testigos oculares de lo ocurrido.
Las autoridades decían que la mujer medía 1,64 metros y que tenía el cabello "largo y marrón oscuro", una cara pequeña redonda, ojos marrones y orejas pequeñas.
Parecía que podía tener entre 25 y 40 años y que llevaba una "cola de caballo con una cinta azul y blanca" en el momento de su muerte.
Sin un nombre, la mujer se convirtió en la "mujer de Isdal".
Lo sucedido se convirtió en una noticia grande en la ciudad de Bergen, la segunda más grande de Noruega y con una tasa de criminalidad baja.
Pocos días después, la policía halló una clave.
Clave 3: las maletas
La policía encontró dos maletas en el departamento de equipaje de la estación de tren de Bergen.
Una de las maletas tenía unos lentes sin prescripción y una huella digital, plasmada en ellos, coincidía con las de la mujer.
Las maletas también tenían:
- Ropa
- Varias pelucas
- Efectivo en moneda alemana, belga, noruega, británica y suiza
- Un peine y un cepillo
- Cosméticos
- Algunas bolsas de té
- Una crema para el tratamiento de eczemas
Inicialmente, la policía "estaba muy optimista porque pensaba que las maletas le ayudarían a identificar el cuerpo", recuerda Tormod.
Pero pronto, se dieron cuenta de que "todas las etiquetas que pudieron haber identificado a la mujer, su ropa o sus pertenencias habían sido removidas".
Incluso la calcomanía que contenía la prescripción de la crema, la cual mostraba el nombre del doctor y del paciente, había sido rasgada.
La policía intentó con persistencia rastrear las pertenencias de la mujer. Incluso contactó varias tiendas por departamentos en el exterior, como las Galerías Lafayette en París, para saber si los establecimientos reconocían alguno de los envases del maquillaje de la mujer.
Ninguna de las tiendas pudo encontrar una coincidencia.
También había una nota codificada misteriosamente, la cual la policía no pudo descifrar hasta un tiempo después (ver la clave 5).
Había una importante pieza de evidencia en la maleta: una bolsa de plástico de la zapatería Oscar Rørtvedt, ubicada en la ciudad noruega de Stavanger.
El hijo del propietario, Rolf Rørtvedt, recuerda haber vendido un par de botas de goma a "una mujer atractiva y muy bien vestida, de cabello oscuro".
Las botas que le vendió parecían coincidir con las botas encontradas en el cuerpo del valle de Isdalen.
La policía también creía que el paraguas encontrado cerca del cuerpo había sido comprado en esa tienda.
Rolf recuerda que la mujer le había causado llamado la atención porque se "tardó" escogiendo las botas más de lo que tardaba un cliente promedio.
Ella mostró una "expresión calmada y tranquila", señala Rolf a la BBC.
También recuerda que la mujer emanaba un olor fuerte, el cual, después pensó que se trataba de ajo.
Usando su descripción, la policía pudo rastrear a la mujer a un hotel cercano, el St. Svithun, donde se registró con el nombre de Fenella Lorch.
Había un problema. Fenella Lorch no era su nombre real.
Clave 4: las planillas del hotel
Se supo que la mujer se había quedado en varios hoteles en Noruega, usando diferentes alías.
Como la mayoría de los hoteles ya en esa época pedían que los huéspedes mostraran un pasaporte y llenaran una planilla, se sospecha que ella pudo haber tenido varios pasaportes falsos.
La policía encontró que la mujer se había quedado en los siguientes hoteles utilizando los siguientes nombres:
- Genevieve Lancier, de Louvain, se quedó en el Hotel Viking, de Oslo, desde el 21 al 24 de marzo de 1970
- Claudia Tielt, de Bruselas, se quedó en el Hotel Bristol, en Bergen, del 24 al 25 de marzo
- Claudia Tielt, de Bruselas, se quedó en el Hotel Skandia, también en Bergen, del 25 de marzo al 1 de abril
- Claudia Nielsen, de Geut, se quedó en KNA-Hotellet, de Stavanger, del 29 al 30 de octubre
- Alexia Zarne-Merchez, de Liubliana (Eslovenia), se quedó en el Hotel Neptun, en Bergen, del 30 de octubre al 5 de noviembre
- Vera Jarle, de Antwerp, se quedó en el Hotel Bristol, en Trondheim, del 6 al 8 de noviembre
- Fenella Lorch, se quedó en el Hotel St Svithun, de Stavanger, del 9 al 18 de noviembre
- Ms Leenhouwfr, se quedó en el Hotel Rosenkrantz, en Bergen, del 18 al 19 de noviembre
- Elisabeth Leenhouwfr, de Ostend, se quedó en el Hotel Hordaheimen, también en Bergen, del 19 al 23 de noviembre
La mujer causó una fuerte impresión en Alvhild Rangnes, quien era una camarera de 21 años en el Hotel Neptun en aquel momento.
"Mi primera impresión de ella fue su elegancia y seguridad en sí misma", dijo a la BBC.
"Se veía tan de moda. Me hubiera gustado ser capaz de imitar su estilo. De hecho, la recuerdo guiñándome... desde mi perspectiva se sentía como si ella pensara que había estado mirándola demasiado".
"En una ocasión, cuando prestaba servicio, ella estaba en el comedor, sentada justo al lado de marinos alemanes, uno de los cuales era un oficial".
La policía interrogó a varios miembros del personal del hotel que conoció a la "mujer de Isdal", incluida Alvhild.
Supieron que, además de hablar inglés, la mujer también utilizaba algunas frases alemanas.
También que la mujer a menudo pidió cambios de habitaciones, hasta tres veces en una misma ocasión.
Clave 5: la nota
Hasta ahora hay varios rumores de que la mujer era un espía.
No había demasiados turistas extranjeros en Bergen en ese momento, y el hecho de que la mujer pareciera rica y viajera provocó mucha especulación.
"Esto fue durante la Guerra Fría, y sin duda había un montón de espías en Noruega, incluidos espías rusos", dice Gunnar Staalesen, escritor de Bergen quien en ese momento era un estudiante universitario.
También hubo agentes israelíes que operaban en Noruega, como se supo tiempo después, cuando los agentes del Mossad mataron a un hombre en Lillehammer que habían confundido con un terrorista.
Los servicios de inteligencia de Noruega la estaban investigando también, pero no lo admitirían hasta décadas después.
De acuerdo con NRK, los servicios de seguridad estaban interesados en los informes de que la mujer había sido vista observando una prueba militar de nuevos cohetes en el oeste de Noruega, pero no había ninguna conclusión clara en sus informes.
La policía finalmente encontró algo en una nota codificada, pero no proporcionaba ninguna evidencia de que ella fuera una espía.
En cambio, parecía ser un registro de los lugares que la mujer visitó. Por ejemplo, el código O22 O28 P significa las fechas (22-28 de octubre) de que se encontraba en París; O29PS es el día en que viajó de París a Stavanger; O29S coincide con la fecha de su llegada a Stavanger (29 de octubre); y O30BN5 coincide con su estancia en Bergen, del 30 de octubre al 5 de noviembre.
La policía envió una descripción de la mujer, y bocetos de su posible aspecto, a varias corporaciones en el extranjero.
Ninguna de ellas dijo que pudo identificar a la mujer.
Clave 6: la autopsia
Mientras tanto, los investigadores completaban un examen del cuerpo de la mujer.
Encontraron una contusión inexplicable en el lado derecho del cuello, que podría haber sido el resultado de un golpe o una caída.
No había señales de que la mujer hubiera estado enferma.
La autopsia también encuentra que la mujer nunca estuvo embarazada o tenido hijos.
Es probable que haya sido dolorosa su muerte.
"Había partículas de humo en sus pulmones... lo que demuestra que la mujer estaba viva mientras se estaba quemando", dice Tormod.
Encontraron un rastro de gasolina en el suelo debajo del cuerpo de la mujer, por lo que las autoridades confirmaron que se uso el combustible para generar aquel fuego.
Su sangre tenía una alta concentración de monóxido de carbono.
Los expertos también notaron que tenía entre 50 y 70 pastillas para dormir, de una marca extranjera llamada Fenemal, en el estómago, aunque no habían sido totalmente absorbidas en su torrente sanguíneo antes de morir.
La autopsia concluye que la mujer murió a causa de una combinación de envenenamiento por monóxido de carbono, y la ingestión de una gran cantidad de pastillas para dormir.
Se habló al principio de un probable suicidio, una versión apoyada por el jefe de la policía de Bergen.
Sin embargo, muchas personas encuentran esta hipótesis difícil de creer.
"Hemos hablado de ello en la policía, pero por lo que recuerdo, muy pocos pensaron que era un suicidio", dice Carl Halvor Aas.
Tanto el remoto lugar donde se encontró su cuerpo, y el método de suicidio, por fuego, hacían el caso muy extraño.
Sin ninguna pista más, el caso fue cerrado y la mujer enterrada en febrero de 1971.
La policía cree que la mujer pudo ser católica, por lo que fue organizado un funeral apropiado para ella.
De acuerdo con un informe de la policía, el ataúd estaba decorado con lilas y tulipanes, y el sacerdote llevó a cabo una sencilla ceremonia para "la mujer desconocida que fue puesta en la tumba en un país extranjero sin ningún familiar presente".
La policía todavía espera encontrar a los familiares de la mujer, que está enterrada en un ataúd de zinc que no se descompondrá, y guarda un álbum de fotos del funeral para sus parientes.
Harald Osland fue uno de los investigadores reacios a dejar que el caso se extinga.
"Mi padre nunca podría dejar de lado este caso", dice su hijo, Tore.
"Nunca pudo aceptar que ellos tuvieran que cerrarlo".
Osland tenía varios de los documentos de la policía, y Tore finalmente escribió un libro sobre la "mujer de Isdal".
Con los años, el caso también inspiró a varios escritores e ilustradores.
"Lo que intriga a la gente es que es un misterio sin resolver, es casi como seguir una novela negra", dice Gunnar Staalesen.
En 2016, la posibilidad de resolver el caso halló nuevas esperanzas.
Clave 7: los dientes
La "mujer de Isdal" tenía dientes distintivos, varios de ellos de oro.
Esto era especialmente inusual para alguien de su edad, y no es el tipo de trabajo dental visto en Noruega.
Gisle Bang, profesor de odontología, sostiene que la mandíbula de la mujer puede servir para que otros expertos la reconozcan.
Después de su muerte, todo el mundo asumió que la mandíbula fue destruida.
El médico forense Inge Morild, que heredó los archivos de la "mujer de Isdal", señaló que supo que la mandíbula había sido desechada porque "estaba oliendo".
Pero después de que periodistas de NRK indagaron al respecto, el profesor Morild encontró la mandíbula en un sótano de archivos forenses del Hospital Universitario Haukeland.
El hallazgo dio a la policía noruega la oportunidad de volver a abrir el caso y usar las últimas técnicas forenses para tratar de identificar a la mujer.
El Servicio Noruego de Investigaciones Criminales (Kripos) y la Universidad de Bergen hicieron análisis de isótopos en sus dientes para identificar la "firma" química que dejan los elementos que componen sus piezas a medida que se forman.
Las pruebas consisten en:
- Análisis de isótopos de oxígeno, que puede revelar el tipo de agua que la mujer bebió a medida que crecía, y por tanto, de qué áreas eran esas aguas.
- Análisis de isótopos de estroncio, que puede reflejar los tipos de alimentos que comía la mujer, y el tipo de suelo en el área en el que creció.
Es la primera vez que la policía noruega ha llevado a cabo análisis de isótopos en los dientes y esperan que los resultados ayudaran a localizar la región donde vivía la mujer.
Clave 8: las muestras de tejido
El análisis de ADN se convirtió en una de las herramientas clave de la policía en los casos de identificación forense.
En 1970 no existía.
Pero resulta que varias muestras de tejido de los órganos de la mujer, incluida la de los pulmones, el corazón, las glándulas suprarrenales y los ovarios, estaban almacenadas en el Hospital Universitario de Haukeland.
El profesor Morild dice que "ha sido una costumbre en la mayor parte de Noruega" mantener las muestras de tejido de las autopsias.
Las muestras son "útiles para repetir exámenes, y como una fuente de ADN".
NRK y la policía local están de acuerdo en enviar las muestras al extranjero para el análisis de ADN.
Nils Jarle Gjøvåg, jefe de medicina forense en el Distrito de Policía West, dice que es importante buscar la identidad de la mujer porque "en algún lugar del mundo, puede haber algunos familiares que se preguntan a dónde fue".
"Tratamos de identificar cada cuerpo desconocido, para que los familiares puedan tener una respuesta".
Mientras esperan los resultados de ADN, NRK publicó un documental sobre el caso y recibió más de 150 mensajes de personas interesadas en el caso.
"En Noruega este hecho es un gran enigma para la gente... hay un montón de personas que espera algún tipo de final para el caso", dice el periodista Ståle Hansen.
Después de meses de trabajo, los científicos tienen un perfil de ADN ampliado.
Los últimos resultados, publicados el viernes, muestran que la mujer era de origen europeo, lo que hace que la teoría de que era una agente de Israel sea mucho menos probable.
La policía noruega está lista para emitir un aviso a través de Interpol en busca de información sobre los cadáveres sin identificar con base en la nueva información.
Se pedirá a las fuerzas policiales europeas comprobar sus bases de datos de ADN para ver si se encuentra una coincidencia.
"Si alguien en su familia cercana está en un registro de ADN en algún lugar, vamos a conseguir un gran avance", dice Ståle Hansen. "Eso sería muy emocionante".
El caso de la "mujer de Isdal" ha estado sin resolver durante los últimos 46 años, pero ahora la ciencia actual ha vuelto a abrir la posibilidad de que este complicado misterio nórdico sea resuelto.
Los lectores que reconozcan a la "mujer de Isdal" o quieren compartir consejos sobre el caso pueden ponerse en contacto con el equipo de investigación NRK a través de su página web.
Johanna Keskitalo contribuyó con esta investigación.
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