Quedarse atascado durante casi tres años en los territorios remotos del Ártico, junto a una tripulación de 13 hombres, podría ser para muchos una auténtica calamidad.

Pero para el explorador noruego Fridtjof Nansen, solo era el resultado preciso de lo que tenía planeado desde que había salido de su país.

Y por esa expedición, una de las primeras en territorio ártico, Nansen se convertiría en un héroe en Noruega. Y en el mundo entero.

Debido a sus largas travesías por ambos polos -también recorrería luego Antártica-, el noruego estableció los procedimientos logísticos para la exploración en estas zonas remotas en la era moderna.

Pero no fue su única hazaña: Nansen fue también oceanógrafo, zoólogo, diplomático y neurólogo.

Y por sus actos humanitarios -en particular, la repatriación de casi un millón de prisioneros de guerra después de la primera Guerra Mundial- recibió el premio Nobel de la Paz, en 1922.

"Fue una fuerza de la naturaleza, que se destacó en varios campos, no solo en el científico sino también en el de la exploración del planeta y como estadista, e intentó ayudar a consolidar el proyecto de la Liga de Naciones que se creó tras el fin de la primera Guerra Mundial", le dijo a la BBC el historiador Robert Marc Friedman, profesor de la Universidad de Oslo.

Pero ¿cómo se convirtió el nombre de Nansen en sinónimo de heroísmo en su país y en gran parte de Europa?

Todo fue por un accidente.

La exploración

Nansen, quien nació en la ciudad de Bergen -la segunda más poblada del país- en 1861, era un estudiante de zoología que se había destacado por su estudio del sistema nervioso de los animales marinos.

Hasta que decidió convertirse en explorador. Y decidió explorar uno de los lugares más inhóspitos del planeta.

"Nansen era un excelente deportista, especialmente buen esquiador, y esas cualidades le sirvieron cuando decidió incursionar en el Polo Norte", le dijo a la BBC el explorador Paul Rose.

El noruego lo fue haciendo por pasos. Entre agosto y octubre de 1888, recorrió Groenlandia a pie ayudado por unos esquíes especialmente diseñados por él.

Fue una proeza mayor, teniendo en cuenta las dificultades de los terrenos y las bajas temperaturas y que era la primera persona en lograrlo.

"Tuvo que cambiar varias veces su ruta, subir hacia la parte más congelada de Groenlandia para lograrlo. Pero lo que vivió allí le permitió diseñar lo que sería su gran proeza: la travesía del Fram", le explicó a la BBC Carl Emil Vogt, investigador del Centro Noruego del Holocausto y experto en la vida de Nansen.

Tras su regreso de Groenlandia, fue recibido con honores y su nombre comenzó a resonar en la sociedad noruega. Además, escribió dos libros: "La primera travesía de Groenlandia" y "La vida de los esquimales".

Para varios expertos, el éxito de Nansen en Groenlandia se debió a varios factores que marcarían la forma en que luego se llevaron a cabo las exploraciones, no solo la que él mismo hizo en el Ártico sino las que otras personas -como su compatriota Roald Amundsen, líder de la primera llegada del hombre al Polo Sur- emprendieron tiempo después.

"Llevó mucho menos equipaje que los grupos que lo habían intentado antes, así como una vestimenta mucho más ligera, que fue diseñada especialmente para esa expedición", anotó la periodista Marit Fosse, quien escribió una biografía sobre el explorador noruego.

"Además, todos los miembros del equipo sabían esquiar y entre ellos había dos sami, que es la tribu que habita la región norte de algunos países nórdicos. De ellos y de los inuit en Groenlandia aprendió muchas habilidades para sobrevivir en el hielo", agregó.

El Fram

El siguiente objetivo de Nansen fue convertirse en el primer hombre en llegar al Polo Norte. Algo que nadie había conseguido y para lo que él tenía un plan.

De acuerdo a Fosse y otros expertos, una de las cosas que advirtió Nansen durante su viaje por Groenlandia es que se podía navegar por el hielo.

O sea, en vez de atravesar el terreno por una ruta predeterminada, la manera más efectiva era dejarse llevar por la corriente del hielo.

De hecho, el propio Nansen señaló que "el movimiento del hielo es tan fuerte y tan rápido como el de una embarcación impulsada por el viento".

"En su exploración en Groenlandia, vio restos de una embarcación estadounidense que había naufragado en el mar de Siberia", explicó Fosse.

"Nansen estaba convencido de que esa era la forma más precisa para llegar al Polo Norte. Y para eso necesitaba diseñar y construir un barco que lograra resistir la presión del hielo, que era lo que había destruido otros barcos antes", agregó.

El explorador noruego concluyó que una embarcación construida de la forma correcta, con un casco duro y redondeado, se movería hacia arriba a medida que el hielo a su alrededor hiciera presión, y de ese modo se elevaría sobre la superficie para evitar la destrucción.

"Creo que si prestamos atención a las fuerzas de la naturaleza existentes, y buscamos trabajar con ellas y no en contra de ellas, encontraremos el método más fácil y seguro para llegar al Polo Norte", escribió en su diario.

Entonces, después de conseguir los recursos necesarios, construyó el Fram ("adelante", en noruego) y en 1893 comenzó su travesía con el objetivo de llegar al Polo Norte por primera vez en la historia.

Volver como héroe

"Nansen se aprovisionó para un viaje de más de tres años. Sabía que iba a ser una aventura arriesgada y lo fue", explicó. Fosse.

"Aunque el Fram resistió la presión del hielo, lo cierto es que la corriente no era la esperada y llegó un momento en que estaban yendo hacia el sur en lugar de hacia el norte", señaló la experta.

Y explicó que mientras ellos se movían hacia el norte sobre el hielo, la placa de hielo sobre la que avanzaban se desplazaba hacia el sur o hacia el este y por eso su posición no avanzaba.

En diciembre de 1895, dos años y medio después de zarpar de Noruega, el barco estaba a 833 kilómetros del Polo Norte, lo más cerca que el hombre había estado nunca hasta entonces.

A pesar de que intentó llegar al Polo a pie -después de que el Fram dejara de avanzar-, Nansen no logró conseguir su objetivo. Sin embargo, logró probar que el Ártico era una región activa e inquieta, lo que resultó fundamental para las expediciones posteriores.

A su regreso, hacia mediados de 1896, fue recibido como un héroe nacional de un país que buscaba en ese entonces la independencia de Suecia (que se dio luego en 1905).

Pero sus logros no terminarían allí.

Liga de Naciones

Tras su regreso, Nansen publicó lo que habían descubierto en su exploración ártica y eso lo volvió un consultor permanente para otras personas que deseaban lograr la hazaña de llegar al Polo Norte o al Polo Sur.

Pero, después de pasar varios años dedicado a la docencia y la investigación -fue un pionero de la neurología-, ocurrió que su país logró la independencia de Suecia y Nansen fue llamado para hacer parte de varias negociaciones diplomáticas.

"Su primera misión fue la de convencer al príncipe heredero que aceptara convertirse en rey de Noruega. Después fue enviado a Londres, donde trabajó con otros diplomáticos para firmar un tratado que garantizara el nuevo estatus de Noruega", explicó Vogt.

Allí fue donde conoció a importantes funcionarios británicos, que fueron quienes requirieron sus servicios una vez acabó la primera Guerra Mundial.

"Tras el final de ese conflicto, miles de personas quedaron como prisioneros de guerra en Rusia y Europa. Nansen fue elegido para representar a Noruega ante la recién fundada Liga de las Naciones y ese fue el primer encargo: la repatriación de esos prisioneros", anotó Fosse.

El expedicionario logró convencer a los gobiernos de Reino Unido de cubrir una parte de los costos de la repatriación, así los otros países europeos comenzarían a colaborar.

"Y también logró coordinar con varias organizaciones benéficas la operación logística, incluida la Cruz Roja. En total, hacia 1922 Nansen había logrado repatriar cerca de 427.000 prisioneros de 30 nacionalidades, más de la mitad de ellos rusos", explicó Fosse.

Por este trabajo, en 1922 le fue otorgado el premio Nobel de la Paz. Y la Oficina Internacional Nansen para los Refugiados, que él había fundado en 1921 para la protección de los perseguidos políticos, recibió el galardón en 1938.

"Su legado se expande en muchos ámbitos, no solo el de la exploración -que fue fundamental para la llegada del hombre al Polo Sur- sino en los campos de la ciencia, la política e incluso el deporte", señaló Fosse.

"Tal vez se pueda considerar un fracaso el que no haya llegado al Polo Norte, pero es el fracaso más famoso de todo Noruega y el que lo convirtió en un hombre fundamental para el país nórdico", describió Rose.

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