Kim Hak-song, Tony Kim y Kim Dong-chul regresaron a Estados Unidos tras su paso por uno de los sistemas de prisiones más secretos del mundo: el de Corea del Norte.
Los tres fueron recibidos por el presidente Donald Trump y su esposa Melania cuando aterrizaron en una base aérea cerca de Washington D.C.
Su liberación, tras meses de encarcelamiento y trabajos forzados, se la anota Trump como un gran logro diplomático.
En los campos de internamiento para presos políticos, los reos son sometidos a torturas y muchos norcoreanos son condenados a cadena perpetua sin poder tener ningún contacto con el mundo exterior, según dice la ONU en un informe de 2014 sobre la situación de derechos humanos en Corea del Norte.
Unas 120.000 personas fueron encarceladas en Corea del Norte sin un juicio justo por razones políticas, según el Comité para Derechos Humanos en Corea del Norte (HRNK) basado en Estados Unidos.
El Instituto de Corea para la Unificación Nacional, una agencia de gobierno surcoreana, calcula que actualmente hay entre 80.000 y 120.000 personas encarceladas.
Hace una década el número era incluso más alto, entre 150.000 y 200.000.
La disminución "únicamente significa que la entrada de nuevos reclusos no ha mantenido el ritmo de la alta tasa de muertes de prisioneros debido a inanición, abandono, arduo trabajo forzado, enfermedades y ejecuciones", afirma el informe de la ONU.
¿Qué se sabe sobre la población de las cárceles en Corea del Norte?
Hay un enorme secreto alrededor del sistema de prisiones norcoreano.
Existen instalaciones manejadas por los servicios de seguridad para los presos políticos y campos de trabajo forzado para las personas que cometen delitos no políticos.
Pero los presos políticos también son detenidos en los campos de trabajo.
El gobierno de Corea del Norte niega que existan los campos para los presos políticos, pero imágenes de satélite y testimonios de exguardias y detenidos ofrecen detalles sobre la escala de los campos.
Por lo general estos están localizados en partes remotas y montañosas del país. Para los norcoreanos, la frase "enviado a las montañas" se ha convertido en sinónimo del proceso de desaparición forzada, dice la ONU.
Se dice que los campos más grandes se extienden por cientos de kilómetros cuadrados.
El Centro de Base de Datos para los Derechos Humanos en Corea del Norte (NKDB) basado en Seúl entrevistó a desertores norcoreanos y encontró que casi la mitad han sido retenidos por razones políticas. Un número más pequeño fue encarcelado por delitos económicos, administrativos o crímenes ordinarios y una tercera parte "por ninguna otra razón más que porque se asumió culpabilidad por asociación".
Corea del Norte también ha secuestrado y arrestado a ciudadanos de otros países.
El último estadounidense que fue liberado antes de los tres casos recientes fue Otto Warmbier, que fue detenido en Corea del Norte durante 17 meses y murió una semana después de ser enviado de vuelta a su país, gravemente enfermo.
Corea del Norte indicó que había entrado en un coma durante un año después de haber contraído botulismo, pero su familia afirmó que había sido sujeto a un "maltrato y tortura horrorosos".
Un pastor canadiense, el reverendo Lim Hyeon-soo, condenado por "conspirar para derrocar al gobierno", fue liberado en agosto de 2017 después de haber sido sentenciado a cadena perpetua con trabajo forzado.
Eventualmente fue liberado por "razones humanitarias", según los medios estatales norcoreanos, después de pasar casi un año detenido.
Hay seis surcoreanos detenidos: tres misioneros evangélicos y tres desertores norcoreanos con ciudadanía surcoreana.
Desde el fin de la Guerra de Corea (1953), el gobierno de Corea del Sur afirma que 3.835 de sus ciudadanos han sido secuestrados por el Norte.
La mayoría de estos (3.319) fueron regresados y nueve desertaron a Corea del Norte, con lo que quedan 516 cuyo destino se desconoce, dice Corea del Sur.
La mayoría de quienes fueron secuestrados son pescadores, pero también hay algunos estudiantes y oficiales militares.
El enviado especial de la ONU para Corea del Norte también está investigando el alegato de que 12 norcoreanos que trabajaban en un restaurante en China fueron llevados a Corea del Sur contra su voluntad.
Sin embargo, Seúl afirma que viajaron voluntariamente y que fueron admitidos sobre bases humanitarias.
El gobierno japonés dice que 17 de sus ciudadanos han sido secuestrados por Corea del Norte.
El HRNK le dijo a la BBC: "Necesitamos clarificar la ubicación y el estatus de 12 secuestrados japoneses".
"Corea del Norte afirma que ocho están muertos y cuatro nunca llegaron a Corea del Norte. Pero los certificados de muerte y explicaciones obviamente son falsos".
Hasta ahora, cinco japoneses han sido regresados, según la información oficial.
El enviado de la ONU afirma que hay otros 883 casos en los que no puede descartarse un secuestro de Corea del Norte.
En 2002, después de años de negativas, Corea del Norte admitió haber secuestrado a 13 ciudadanos japoneses durante fines de los 1970 y los 1980.
Los individuos capturados iban a ayudar a entrenar a espías norcoreanos en lengua y costumbres japonesas.
Un funcionario japonés citó al líder norcoreano en esa época, Kim Jong-il, afirmando: "esto es lamentable y deseo francamente disculparme".
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