La mayoría de las 90.000 personas en el estadio Santiago Bernabéu saltaron de sus asientos para celebrar el segundo gol de Cristiano Ronaldo, tanto que fue decisivo para encarrilar la posterior victoria del Real Madrid sobre el Bayern Múnich y su clasificación a las semifinales de la Liga de Campeones.

Pero cuando Ronaldo amortiguó el balón dentro del área y definió lejos del alcance del portero Manuel Neuer se encontraba sospechosamente sólo.

La repetición confirmó que el astro portugués se encontraba en un fuera de juego clamoroso que el árbitro húngaro Viktor Kassai ni su asistente percibieron.

Si lo hicieron, segundos después, las más de 100 millones de personas que vieron el partido de este martes por televisión.

Más allá de colores y afición, esa decisión fue la que terminó de borrar de sus retinas y memoria las grandes jugadas y el espectáculo de un partido maravilloso que clamaba por otro final.

En su lugar, en el disco duro del fútbol, quedó guardado en cambio los decisivos errores arbitrales que condicionaron el desenlace de de una batalla épica que protagonizaron dos gigantes del balón como Madrid y Bayern.

Incluso los tres goles del histórico Ronaldo, que le permitieron convertirse en el primer jugador en llegar a 100 tantos en la Liga de Campeones, estarán acompañados por siempre por un asterisco que recordará que dos de ellos fueron convertidos en posición ilegal.

Ese es un precio muy alto que el fútbol sigue pagando por su testarudez de seguir considerando como "parte del juego" garrafales errores que terminan por definir el curso del deporte y su propia historia.

Tecnología, por favor

Lo que pasó en el Bernabéu no fue un caso aislado, sino viene siendo algo recurrente.

Ocurrió también hace poco más de un mes en el Camp Nou, en la famosa remontada el Barcelona sobre el PSG, hazaña tan admirable como condicionada por la actuación del árbitro alemán Deniz Aytekin, quien privó al conjunto francés de un penalti y luego señaló uno a favor del Barça decisivos en el inesperado resultado final.

Así como cada fin de semana en las ligas de fútbol de todo el mundo.

De allí que vuelva a surgir un clamor desesperado por la incorporación del sistema de video-arbitraje en los partidos, que es popularmente conocido como VAR (siglas en inglés de Video Assistant Referees).

"Nosotros pensamos en todo preparando este partido, excepto en el árbitro", expresó con lamento el italiano Carlo Ancelotti, técnico del Bayern Múnich.

"No puedes decidir un cupo en la semifinal de esta manera. No debe pasar a este nivel".

Para el entrenador del conjunto alemán el Madrid no tuvo nada que ver en las decisiones polémicas, sólo que los árbitros simplemente se habían equivocado.

"Nunca he estado en favor de la tecnología del video, pero debo admitir que ahora es necesario", fue la reflexión del veterano técnico italiano tras el partido.

Para el fútbol no puede ser positivo que una hazaña de 100 goles como la de Ronaldo sea empañada por la actuación del árbitro, que no sólo tuvo incidencia en los dos goles del portugués.

También expulsó injustamente al chileno Arturo Vidal al mostrarle su segunda cartulina amarilla por una entrada en la que claramente se ve como hace contacto con el balón.

Es verdad que el jugador del Bayern pudo haber visto la tarjeta roja mucho antes por un acción sobre el brasileño Casemiro, pero también lo es que el propio mediocampista del Madrid debió recibir una segunda amonestación por una falta sobre el holandés Arjen Robben.

Incluso la jugada del penalti que protagonizaron estos dos últimos fue muy clara para unos, pero otros todavía creen que fue simulación.

Paso de tortuga

Ancelotti es la más reciente voz que pide la incorporación del sistema de árbitros asistentes de vídeo en el fútbol, pero el VAR es algo que se viene pidiendo desde hace mucho tiempo, en especial a partir que otros deportes lo comenzaron a utilizar.

Baloncesto, tenis, fútbol americano, hockey, judo, lucha, fórmula uno y rugby, para nombrar sólo algunos, llevan años implementando la revisión en video de jugadas o acciones en las que simplemente hay dudas.

Su práctica, que varía dependiendo del deporte, forma parte de la acción y con ella se evita muchas decisiones polémicas que pueden tener una incidencia decisiva en el desenlace final.

Pero al fútbol le ha costado evolucionar con el paso del tiempo.

Recién fue a partir del gol que no validaron al inglés Frank Lampard en el Mundial de Sudáfrica 2010 que la FIFA dio su brazo a torcer para incorporar la tecnología de gol en el juego.

Inglaterra perdió ese partido de octavos de final 4-1 frente a Alemania, pero cuando el balón de Lampard entró claramente en la portería hubiera sido el empate transitorio a dos.

Ese fue un primer paso, pero no ha sido suficiente y desde entonces han pasado casi siete años

En un deporte que mueve millones de dólares y se vanagloria de ser el más popular del mundo resulta perjudicial que resultados tan trascendentales en lo anímico para los aficionados y económico para los clubes sigan siendo condicionados por la interpretación de una sola persona, sin dudar de su preparación y profesionalismo.

¿Solución?

Es evidente que la rapidez con la que se juega actualmente ha sobrepasado la capacidad del árbitro y de sus asistentes, que cuando salen los equipos en velocidad al contragolpe son incapaces de mantener la línea para decretar un fuera de juego (como se apreció en el tercer tanto de Ronaldo el martes por la noche).

No se trata que cada jugada y cada acción sea merecedora de una revisión, eso no existe en ningún otro deporte, pero hay momentos donde una simple repetición en video podría darle más validez al espectáculo que millones de personas están viendo.

El año pasado la International Football Association Board, el ente que supervisa las reglas del fútbol, aprobó llevar a cabo un período de prueba del VAR en 12 campeonatos a partir de la temporada 2017-2018.

Esta tecnología, que se puso a prueba en el pasado mundial de clubes en Japón y se viene utilizando en algunos partidos amistosos de selecciones, tiene como finalidad revisar sólo las jugadas clave de los partidos como los goles, las tarjetas rojas, los penaltis o que haya confusión de la identidad de un jugador.

Tres acciones determinantes en el partido entre Madrid y Bayern se hubieran revertido con el VAR y por lo menos otras dos se hubieran podido analizar.

El sistema no es infalible -seguirá presente el factor humano- y no va a estar exento de la polémica, pero sin lugar a dudas reducirá considerablemente los interminables debates futbolísticos donde lo que parece menos relevante son los detalles que le han dado sentido al fútbol.

Es necesario que el espectacular cabezazo de Ronaldo sea recordado como tal, o su control y definición a la media vuelta, o la maravillosa cabalgata de Marcelo o la irrupción de la nueva gran figura del fútbol español, Marco Asensio.

En fin, que el partido entre el Real Madrid y Bayern Múnich fue el que mereció ser el protagonista en el Bernabéu, no Kassai y sus decisiones.

Publicidad