Santi Cazorla tiene parte de su brazo izquierdo en su tobillo y una parte de su pierna en su talón.

Considerado uno de los mayores talentos de la generación de oro del fútbol español, ganador de las Eurocopas de 2008 y 2012 con la Roja, Cazorla se siente como un rompecabezas después de pasar 668 días sin jugar.

En ese período fue sometido a 11 operaciones para no solo salvar su carrera, sino también su pierna para que pudiera volver a caminar.

Nuevamente activo con un balón en sus pies, el diminuto jugador de 33 años le contó a la BBC el calvario que le tocó vivir cuando una pequeña lesión que sufrió en un amistoso en 2013 frente a Chile se transformó en un "caso de estudio" de la medicina.

"Un simple esguince del tobillo"

Cazorla recuerda que en ese partido hace cinco años recibió una leve patada que rompió un pequeño hueso en su tobillo.

Eso no le impidió en un principio seguir jugando, pero con el paso del tiempo el dolor se fue intensificando hasta que una noche, en octubre de 2016, se hizo insoportable.

"Ya no lo estaba disfrutando", le contó Cazorla al programa Football Focus de la BBC.

"Simplemente no sentía que quería jugar, por lo que decidí parar y encontrar una solución. No sabía en ese momento que so significaría que estaría dos años sin jugar".

Dos meses después fue sometido a su primera operación. Luego siguieron otras 10.

La última intervención la tuvo en mayo pasado, cuando los doctores terminaron de reconstruir su talón de Aquiles.

"Ellos pusieron piel de mi brazo en el tobillo y de mi muslo en mi brazo. Por eso cada vez que me preguntan lo que me pasó termino diciendo que soy como un rompecabezas, con partes de mi cuerpo por todos lados", bromeó.

"No es el tipo de lesión que sueles sufrir en fútbol, en la que una bacteria aparece y va comiendo ocho centímetros de tu tendón... para mí era un simple esquince de tobillo".

"Hubo muchos momentos en los que estuve cerca de decir que no tenía la fuerza de seguir. Pero hubo gente a mi lado que me hacían cambiar de opinión porque creían que volvería a jugar".

Deudas pendientes

Cazorla no tiene ningún tipo de resentimiento con Arsenal por los dos tormentosos años que vivió en Londres, donde no pudieron identificar las bacterias que le destruyó su tendón de Aquiles y que dejó su hueso como "una plastilina".

Asegura que siempre estará "eternamente agradecido" al club y a su extécnico, el francés Arsene Wenger, quien le extendió un año su contrato pese a estar lesionado.

"Arsene dijo que nunca había visto una lesión así", recuerda el futbolista español.

De regreso en su país, Cazorla supo gracias al doctor Mikel Sánchez la causa de lo que le estaba ocurriendo.

"Mi doctor en España dijo que nunca había visto dos diferentes bacterias que se comieran de ocho a 10 centímetros del tendón de Aquiles", contó.

Si la bacteria hubiera sido identificada y contenida desde el primer día seguramente no hubiera pasado ni la mitad de lo que ocurrió, pero ya es imposible volver el tiempo, recapacita Cazorla, quien fue dejado en libertad por el conjunto cañonero y volvió a Villarreal.

"Tengo la sensación de que haber dejado cosas por terminar (con el Arsenal) porque siempre había dicho que el día que me fuera me despediría enfrente de los aficionados, porque ellos siempre han tratado de manera increíble", confesó el jugador español.

Futbolista (otra vez)

Tras recibir el alta médica, sin embargo, Cazorla encontró un refugió en el club donde dio a conocer todo el talento que atesoran sus piernas.

"Cuando me fui (del Villareal) siempre había sido más como un hasta luego que un adiós", comentó.

"Ellos hicieron posible que volviera a disfrutar del fútbol y será imposible para mi devolver la bondad que ellos me han mostrado", dijo del equipo popularmente conocido como "El submarino amarillo".

Cazorla tuvo su primera aparición contra la Real Sociedad en agosto y desde entonces ha sido titular en otros dos partidos.

Cumplir con los 90 minutos está todavía lejos de ser una realidad ya que todavía siente dolor, pero el simple hecho de salir al campo y volver a sentirse futbolista fue un momento que jamás podrá olvidar.

"Ahora veo el fútbol de manera diferente", explicó Cazorla.

"Antes no apreciaba estar en el hotel o el trayecto en el autobús hacia el estadio... Fueron dos años en los que luché muy duro para vivir estos momentos otra vez", recordó.

"Ahora trato de disfrutar y aprovechar cada segundo porque no se cuánto tiempo durará".

Y es por eso que será especial lo que vivirá este jueves cuando, en el partido contra el Rangers de Escocia, vuelva a tocar el balón en un escenario europeo, dos años después del partido que estuvo cerca de marcar el final de su carrera.

Santi Cazorla juega otra vez.

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