Se han cumplido cinco años desde que The Cove ganó el Oscar al mejor documental denunciado la matanza sistemática de delfines en Japón. Desde entonces los ojos del mundo han estado puesto en la costa de Taiji, el pueblo que todos los años abren una temporada de caza de estos animales.
La temporada comenzó en septiembre de este año, pero fue ayer cuando los botes de los pescadores de Taiji arrastraron a la mayor familia de delfines capturados durante este periodo de captura. Los 60 ejemplares fueron llevados a la cala del puerto, en donde fueron muertos.
Japón ha estado en el centro de la noticia por esta actividad. Pero su gobierno defiende la permanencia de esta captura anual, por ser parte de la tradición de la zona. Lo detractores, en cambio, lo critican, porque la carne de delfín tiene un alto contenido de mercurio, lo que la hace peligrosa para los humanos. Además, destacan, que muchos delfines son enviados a delfinarios que pagan miles de dólares por cada animal. Esta sería la verdadera razón para mantener la matanza viva, a pesar de la oposición de muchas personalidades e incluso de algunos gobiernos.