AFP
Vladimir Putin, François Hollande, Angela Merkel y Petro Poroshenko se reunirán este miércoles en Minsk en una "cumbre de la última oportunidad" para poner fin al conflicto en el este de Ucrania, donde la violencia se ha intensificado en las últimas horas.
El encuentro llega tras una semana de maratónicas negociaciones diplomáticas, tras el lanzamiento de una iniciativa de paz francoalemana. Sobre el terreno la violencia se ha endurecido, con 45 muertos en las últimas 24 horas, entre soldados, rebeldes y civiles.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, que llegó al poder prometiendo acabar con la guerra y reconquistar las zonas separatistas, ha resumido su objetivo para Minsk: ofrecer "una de las últimas oportunidades de instaurar un alto el fuego incondicional y la retirada del armamento pesado".
Los separatistas prorrusos negociaron el martes por la tarde en la capital bielorrusa con los emisarios de Kiev, en presencia de representantes de Rusia y la OSCE, aunque no se conoce la naturaleza exacta de sus exigencias para poner fin al conflicto. Según el emisario de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Puchilin, "aún es demasiado pronto para hablar de un alto el fuego".
El presidente estadounidense Barack Obama, por su parte, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin y con Poroshenko.
En un comunicado posterior, la Casa Blanca advirtió al Kremlin de que "si Rusia continúa con sus agresiones a Ucrania, sobre todo enviando soldados, armas y financiando a los rebeldes, el precio a pagar aumentará".
El encuentro de Minsk será la primera cumbre en el llamado formato "de Normandía", con los dirigentes de los cuatro países que se encontraron brevemente en esa ciudad francesa en junio.
La reunión ofrece una oportunidad única a Vladimir Putin, cuya presencia fue confirmada esta mañana por el Kremlin, para tomar la palabra y negar toda implicación rusa en el conflicto ucraniano, que ha provocado la peor crisis entre Moscú y Occidente desde el fin de la Guerra Fría.