Durante más de dos años el Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Católica (UC), midió los efectos que tuvo el incendio que fue originado en 2011 en el Parque Nacional Torres del Paine, revelando esta mañana un informe que fue entregado a la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Los registros indican que tras el evento, un 16% de la superficie de la cuenca que cruza el parque, presenta altas tasas de erosión. La mayoría de estos sectores corresponden a zonas con pendientes medias y altas.
Además, los resultados arrojaron que en la cuenca los filtros vegetativos resultan especialmente efectivos cuando se establecen con árboles de Lenga.
Toda la información recopilada fue plasmada en una serie de tablas, gráficos y mapas temáticos de la zona, que muestran los niveles de erosión en cada sector y las distintas prioridades para la protección de los bosques y suelos de la reserva.
Asimismo, se elaboró una matriz para el manejo del bosque, la cual puede ser utilizada en programas de capacitación, educación y transferencia tecnológica.
La investigación realizada logró determinar también zonas donde es recomendable reforestar, mantener e incrementar la cubierta vegetal. También los lugares donde es necesario poner especial cuidado en la protección de la naturaleza.