Miles de personas se manifestaron en el mundo musulmán tras la tradicional oración del viernes contra la publicación de una caricatura del profeta Mahoma en el semanario satírico francés Charlie Hebdo. Las manifestaciones incluso dejaron al menos cuatro muertos en Níger, informó la agencia France Presse.

En este país africano, las protestas se saldaron con la muerte de cuatro personas y 45 heridos, así como con el incendio del centro cultural francés de Zinder, segunda ciudad del país, y el saqueo de tres iglesias. Miles de fieles salieron a la calle en las grandes ciudades de Pakistán, donde el parlamento condenó por unanimidad la publicación de "caricaturas blasfemas".

En Karachi (sur del país), las protestas degeneraron en una confrontación con la policía cuando los manifestantes intentaron aproximarse al consulado francés y un fotógrafo paquistaní de la agencia France Presse resultó herido de gravedad.

Varios miles de personas tomaron también las calles de la capital de Mauritania, Nuakchott, donde quemaron una bandera francesa, según testigos. El jefe de Estado, Mohamed Uld Abdel Aziz, dirigiéndose a los congregados, condenó a su vez el "terrorismo" y las "viles caricaturas".

En Dakar, capital de Senegal, donde protestaron unas mil personas, también se quemó un estandarte francés. También se registraron protestas en Sudán y Malí. Aunque muchos gobiernos de los países musulmanes condenaron el atentado del 7 de enero contra Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas, manifestantes homenajearon a los autores de los ataques.

"Yo soy Kouachi" 

En Argel, entre 2.000 y 3.000 personas se congregaron, según un periodista de la agencia France Presse. Algunos manifestantes gritaban "Todos somos Mahoma" o "Yo soy Kouachi", el apellido de los hermanos del atentado contra el semanario francés, en contraposición al lema "Yo soy Charlie", que utilizaron los manifestantes en repulsa de los atentados de París, que dejaron 17 muertos en total la semana pasada.

Los enfrentamientos estallaron cuando los manifestantes intentaron forzar un cordón de policías armados con porras, que protegían el parlamento argelino. Los agentes efectuaron varias detenciones.

Los hermanos Kouachi, quienes murieron en un asalto de las fuerzas del orden dos días después del ataque, también fueron aplaudidos en Estambul, Turquía. Un centenar de personas se reunieron ante la mezquita del religioso distrito de Fatih con una pancarta con las imágenes de los yihadistas franceses y del fallecido líder de Al Qaida Osama bin Laden, según señala France Presse.

En Ammán, capital de Jordania, 2.500 personas marcharon entre estrictas medidas de seguridad con pancartas en las que se podía leer: "Ofender al gran profeta es terrorismo mundial". La redacción de Charlie Hebdo eligió una caricatura de Mahoma con una lágrima en los ojos mientras sostuvo la pancarta "Yo soy Charlie" para su primera portada tras el atentado que le costó la vida a cinco dibujantes.

El rey Abdalá II de Jordania, que participó en la marcha de París en repulsa de los atentados junto a medio centenar de dirigentes internacionales, calificó el jueves a Charlie Hebdo de "irresponsable e inconsciente". Cientos de palestinos protestaron en el enclave de la explanada de las Mezquitas en Jerusalén Oriental. "El islam es una religión de paz" y "Mahoma será siempre nuestro guía", podía leerse en las pancartas.

"No es excusa para matar"

En Túnez, varios fieles abandonaron la mezquita de El Fath para expresar su desacuerdo con un imán, exministro de Asuntos Religiosos. "Estamos en contra de cualquier ofensa a nuestro profeta, pero esto no es excusa para matar a gente", dijo el líder religioso, a quien los fieles respondieron que los periodistas de Charlie Hebdo "merecían la muerte".

La Unión Mundial de Ulemas, con sede en Catar y dirigida por el predicador Yusef al Qaradawi, considerado como uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, instó a manifestarse pacíficamente y criticó el "vergonzoso silencio" de la comunidad internacional sobre ese "insulto a las religiones". Las autoridades de este país, que condenaron el atentado, criticaron también "la nueva publicación de dibujos ofensivos", al subrayar que esto alimentaba "el odio y la ira".

En Siria, miles de personas salieron a la calle en las zonas controladas por los rebeldes y por los yihadistas para pedir que se detenga "la ofensa al sentimiento religioso", según ONG siria.

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