En el último tiempo todos los titulares de los medios internacionales se han plagado de información sobre miles de personas arribando día a día a las costas europeas en busca de asilo.
Sólo este jueves los guardacostas libios rescataron a un grupo de 100 africanos que llegaron en una lancha a las costas de Libia, mientras un tren abarrotado de refugiados que había salido desde Budapest fue detenido, obligando a las personas a bajar. Finalmente nunca pudieron llegar hasta Alemania, el destino favorito de miles de personas que escapan del conflicto de sus países.
Con todo esto, la terminología correcta se ha vuelto confusa. No es extraño encontrar migrante y refugiado en una misma oración, utilizada como sinónimo, cuando en realidad se trata de dos situaciones completamente distintas.
De hecho, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, (Acnur) ha instado a usar el término correcto para el bien de esas mismas poblaciones.
Los miles de africanos que diariamente huyen de sus tierras y cruzan el Mediterráneo, en una de las rutas más mortales, son refugiados. Los millones de sirios que escapan de la guerra civil y de los conflictos entre kurdos y yihadistas, también.
Los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o de persecución, en busca de seguridad en otros países y que quieren ser reconocidos internacionalmente como tal para acceder al amparo de organizaciones internacionales. Se les llama así por su necesidad de conseguir asilo en otro lugar.
Es importante reconocerlos, ya que el derecho internacional los protege. Como el principio fundamental que establece que los refugiados “no pueden ser expulsados o devueltos a situaciones en que su vida y libertad están en peligro”.
En tanto, un peruano que sale de su país y llega hacia Chile en busca de mejores condiciones laborales y de una mejor vida para su familia, es un migrante.
La Acnur define a un migrante como quien decide trasladarse “no a causa de una amenaza directa de persecución o muerte, sino principalmente para mejorar sus vidas al encontrar trabajo o educación, por reunificación familiar, o por otras razones”.
Una gran diferencia con los refugiados, es que sí pueden regresar a sus países, y continúan recibiendo protección de su gobierno.
Entonces, ¿qué son los miles que llegan a las costas europeas o quienes se aventuran en travesías marítimas en el sudeste de Asia? La misma Acnur reconoce que son refugiados y migrantes, pero que principalmente se trata del primer grupo.
La diferencia de los términos será clave para el curso de las políticas internacionales que los países receptores adopten en el tema. Especialmente en cuáles son los salvaguardas legales que protegen a los miles que día a día se lanzan al mediterráneo y a las aguas del sudeste de Asia en busca de asilo.
