Fue un viaje normal para el Príncipe Harry y Meghan Markle, sin embargo, todo se complicó cuando el avión en el que viajaban hacia Sidney (Australia) tuvo que abortar un aterrizaje por culpa de otra aeronave.
A solo 40 metros del suelo, el avión tuvo que interrumpir el descenso lo que generó un movimiento brusco que causó preocupación entre todos los pasajeros.
Tras el mal rato, el piloto del avión, capitán Nigel Rosser, explicó que tuvo que realizar dicha maniobra porque había otro avión demasiado cerca en la pista del aeropuerto de Sydney y prefirió evitar riesgos.
Rosser incluso bromeó para tranquilizar a los pasajeros: "Van a poder disfrutar de otra gran vista del puerto", dijo según indicó Mirror.
El periodista de la BBC, Simon Atkinson publicó en su cuenta de Twitter el video del primer intento fallido de aterrizaje. Además señaló que los pasajeros se tranquilizaron una vez dadas las explicaciones y que el Príncipe Harry asintió en señal de aprobación.
El matrimonio real venía de Tonga, donde estuvo dos días. Allí, Meghan Markle había protagonizado un descuido de vestuario en su arribo a la isla del Pacífico: el vestido rojo que usó venía con la etiqueta puesta.