Llegaron atraídos por la música, las drogas, la oposición a la Guerra de Vietnam o simplemente para huir del aburrimiento veraniego.
Estos meses se celebra el 50 aniversario del legendario "Verano del Amor" en el que manadas de jóvenes inundaron San Francisco, California, para unirse a una revolución cultural en 1967.
El término Verano del Amor fue acuñado en primer lugar por el periódico San Francisco Chronicle en un artículo sobre los acontecimientos del barrio de Haight-Ashbury que atrajeron a unos 100.000 jóvenes deseosos de "encenderse, sintonizar y salirse del sistema".
Hay quienes dicen que hasta medio millón de personas participaron en un movimiento espontáneo que, al menos al principio, no estaba ligado a intereses económicos.
¿Qué huella dejó todo aquello?
1. Festivales de música
El Verano del Amor giró, sin duda, en torno a la música y los conciertos al aire libre.
En los años anteriores se anunciaba ya un cambio notable en los gustos musicales de los jóvenes.
Según el profesor de música Dean Suzuki, esta fue la primera vez que adultos jóvenes empezaron a tomarse en serio el rock and roll.
Los propios músicos empezaron también a aproximarse otra forma a la música y produjeron álbumes de larga duración en lugar de hacer sólo sencillos.
"Antes de 1967, los cantantes o conjuntos musicales salían todos con trajes idénticos, subían al escenario, tocaban ocho canciones, grupos de adolescentes gritaban y ya", le dice a BBC Mundo Peter Richardson, experto en cultura estadounidense en la Universidad Estatal de San Francisco.
"Pero el Verano del Amor dio origen a los festivales de rock, al aire libre, más improvisados. La convención actual de los conciertos viene de aquella época", agrega.
Richardson precisa que esto no ocurrió sólo en San Francisco, Nueva York y Londres también impulsaron estos cambios culturales, pero la ciudad californiana jugó un papel muy importante.
Hay que recordar que antes de los festivales contemporáneos Burning Man, Bonnaroo, Coachella y Lollapalooza, Glastonbury y Governors Island, ocurrió el Monterey Pop que se celebró en junio de 1967.
2. Desafío a la autoridad
Una de las principales actitudes que marcó el Verano del Amor fue el desafío a la autoridad y las convenciones.
La oposición frontal a la Guerra de Vietnam canalizó las protestas y las muestras de rechazo al sistema, y dio un gran impulso a la llamada contracultura estadounidense.
En la actualidad de pueden ver similitudes con aquella época.
Sin duda en la resistencia política al gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, pero también en el hastío de algunos grupos.
"La gente se siente desconectada e incluso hostil", opina Richardson, quien subraya que en el Verano del Amor había muchos jóvenes menores de 25 años con una determinada posición en la sociedad.
"Querían vivir en áreas rurales, en comunas, tener estilos de vida alternativos. Todo esto terminó por ser muy importante y en el presente veo tendencias parecidas".
3. Conciencia ecologista
En la década de los 60 ya se estaban organizando los movimientos por la libertad de expresión, de los derechos civiles y contra la guerra.
El Verano del Amor fue otro de estos movimientos: el consumo de drogas y el amor libre eran otra forma de expresar la insatisfacción con la cultura predominante.
Y surgió el hippismo.
"La palabra no había aparecido impresa antes de 1965 y para 1969 había hippies por todas partes", comenta el profesor Richardson.
Otro de los movimientos que comenzó a aparecer fue el ecologista que fue creciendo y hoy día es parte inseparable de nuestra sociedad.
"Basta mirar alrededor, a nuestro paisaje urbano, para encontrar cosas absorbidas en la cultura general que en 1967 se consideraban muy extrañas e innovadoras", indica Richardson.
"Se ve en la fiebre por la comida orgánica, los estudios de yoga o los puestos de reciclaje, por ejemplo".
4. Otra sexualidad
En realidad no fue sólo un verano del amor? también lo fue del sexo.
Según la profesora Julietta Hua, la gente se hacía preguntas sobre lo que podía ser la sexualidad.
"El Verano del Amor sacudió nociones convencionales sobre cómo se debe expresar la sexualidad y en qué espacios", explica Hua.
Con la exposición que le dio el Verano del Amor, San Francisco se dio a conocer como un lugar de libertad sexual y de políticas progresistas hacia el sexo.
La idea de que el papel de la mujer era reproducirse se puso en cuestión y la gente luchó por medidas de control de natalidad.
5. California a la vanguardia
Muchos de los rasgos que definen a California como un estado progresista y vanguardista se pueden rastrear a ese período de fines de los años 60, aunque no tenía el mismo perfil político que tiene ahora.
De hecho, el gobierno de la ciudad de San Francisco intentó impedir que la gente llegara porque no estaba listo para acoger a 100.000 personas de un día para otro.
Las autoridades locales no estaban felices y tampoco en el gobierno estatal, liderado por Ronald Reagan, "que no era amigo de los hippies", dice Richardson.
"Hay algo sobre California y la zona de la Bahía de San Francisco y Los Ángeles que alimenta los principios progresistas más que otras zonas del país.
"Lo que se ve ahora políticamente es que California está reivindicando estos ideales sean o no populares a nivel nacional", concluye Richardson.