La demanda en el mercado brasileño de aviación dejó de empeorar, pero los signos de una recuperación aún siguen siendo lentos e insuficientes para apoyar una recuperación, muy en línea con la contracción económica que enfrenta el país. Esa es la evaluación que hace Claudia Sender, presidente de Latam Brasil (ex TAM), en el periódico brasileño Valor Económico.
En una entrevista difundida este jueves, la principal ejecutiva de la aerolínea en Brasil dijo que este año el sector aeronáutico se contraerá entre 7% y 10%.
El impacto a la fecha ya se ha notado, sobre todo en las rutas internacionales. En los vuelos que conectan el país con Estados Unidos, la ocupación se redujo en 35%. “Toda la industria ha sufrido. La reducción de pasajeros en estas rutas alcanzó el 40% en los últimos dos años, con una caída de 70% en los ingresos medidos en dólares”, dijo Sender.
Frente a este escenario, la relación con los aeropuertos es más “difícil”. Por eso, Latam ha estado tratando de renegociar sus contratos. “Todo el mundo espera una demanda que no fue. Muchas de las tiendas de los aeropuertos están cerradas porque no hay demanda”, recalcó Sender y dijo que las tarifas aeroporturias se han elevado incluso hasta un 600% desde que comenzaron a operar algunos aeropuertos en los últimos años. Incluso, dijo que la tarifa por metro cuadrado en algunos aeropuertos era muchísimo más cara que el metro cuadrado del centro comercial Ciudad Jardín, el más caro de Sao Paulo.
Lo que ocurrió con terminales concesionados recientemente es que muchas compañías ofrecieron el pago de subvenciones elevadas y eso les ha pasado la cuenta ahora que la demanda de pasajeros ha sido menor a la proyectada, explicó.
Como efecto del trabajo que han debido desplegar para enfrentar este tiempo de vacas flacas, la firma decidió congelar su proyecto para levantar un terminal de conexiones en el noreste del país. “No hay demanda hoy para este proyecto”, dijo tajante la ejecutiva. La compañía había definido reunir los recursos para esta inversión durante este año y comenzar a construir en 2017, pero la decisión está suspendida por ahora.
Claudia Sender dijo que Latam continúa con su planificación para ajustar su oferta a la menor demanda de Brasil, con el objetivo de reducir este año hasta un 12% su capacidad respecto a 2015.
El débil escenario macroeconómico en Brasil se ha notado de manera relevante en los resulados del grupo Latam. Pese al esfuerzo realizado en materia de costos y ajustes, en el segundo trimestre del año registró una pérdida de US$ 92 millones, lo que se tradujo en que la firma perdió prácticamente todo lo que logró ganar en el primer trimestre del año, cuando registró beneficios por US$ 102,2 millones. Así, en la primera mitad del año la firma acumula una ganancia de US$ 10,1 millones.
En su reporte, la compañía dijo que el impacto de la depreciación del real brasileño representó menores ingresos ordinarios por aproximadamente US$ 277 m