Bloomberg
Temer, que asumió la presidencia el año pasado tras el juicio político a su predecesora, introdujo con rapidez regulaciones a favor de las empresas y amplió el acceso a recursos para cortejar a productores como Royal Dutch Shell, Total SA y Exxon Mobil Corp. La ronda de licitaciones más reciente de Brasil en 2015 fracasó dado que en aquel momento las condiciones eran menos atractivas para los operadores extranjeros.
Brasil también va a vender centrales energéticas, su principal eléctrica e incluso la fábrica nacional de monedas para impulsar la recuperación de su recesión más profunda en la historia. Abrió la región petrolera en mar más preciada del país a control extranjero y relajó el requisito de "compra en Brasil" de bienes y servicios para hacer frente a las quejas de los perforadores. Los responsables están pronosticando una fuerte participación en la licitación del miércoles, lo que servirá como indicador de la confianza de los inversores en la recuperación de Brasil.
"El éxito de las subastas se medirá por la calidad de las empresas que presenten ofertas", dijo Decio Oddone, director de la Agencia Nacional de Petróleo, el 21 de septiembre. "Si las rondas de este año tienen éxito, situarán a Brasil junto con los mayores productores de petróleo del mundo".
El regulador del petróleo espera vender entre un 20 por ciento y un 30 por ciento de los 287 bloques en oferta y recaudar alrededor de 500 millones de reales (US$158 millones) en bonos de suscripción, dijo Oddone en un evento el martes en Río de Janeiro. Eso es menos de los 2.800 millones de reales recaudados en la 11ª ronda en 2013.
El Gobierno de Temer planea un total de nueve subastas de petróleo con las que espera atraer unas inversiones de hasta US$80.000 millones durante la vida de los proyectos. Brasil tiene otras dos subastas previstas para octubre en la región del presal en mar, que tiene los yacimientos de petróleo más productivos de Brasil.
Treinta y dos compañías, entre ellas Shell, Total, BP Plc, Exxon, así como la estatal Petróleo Brasileiro SA, se han inscrito para competir en la denominada 14ª ronda, que cuenta con un bono de suscripción total de 1.700 millones de reales.
La ronda de licitaciones más reciente en 2015 fue considerada un fracaso debido al bajo número de competidores y áreas vendidas. Fue la primera subasta realizada sin la participación de Petrobras, con sede en Río de Janeiro, que se enfrentaba a un escándalo de corrupción masiva y un alto apalancamiento en ese momento. Recaudó menos de 500 millones de reales en bonos de suscripción e inversiones, uno de los peores resultados desde que Brasil puso fin al monopolio de exploración y producción de Petrobras hace dos décadas.
"El potencial geológico de Brasil es incuestionable, pero hay una enorme competencia mundial por recursos e inversiones", dijo Flavio Ofugi, representante de relaciones gubernamentales de Shell en Brasil, el 15 de septiembre. "Brasil no puede perder esta oportunidad".