Un incremento sostenido de los hogares en campamentos reveló la Primera Encuesta Nacional de Campamentos, realizada por el Centro de Investigación Social (CIS) de TECHO-Chile, que abordó un tema importante, pero poco discutido en el país.
Según el estudio, actualmente en Chile existen 681 campamentos, donde habitan más de 34.195 familias.
En otras palabras, se trata de personas que viven con ocho o más familias agrupadas o contiguas, que no cuentan con acceso regular a uno de los servicios básicos (alcantarillado, agua potable y energía eléctrica) y que se encuentran en una situación irregular del terreno.
El estudio reveló además una serie de estadísticas que reflejan cómo se vive en los campamentos:
Aumento de pobreza infantil y juvenil
De acuerdo con la encuesta, los menores de edad -de 0 a 14 años- alcanzan al 33,4 % de la población total en los campamentos, seguidos de los jóvenes -15 a 29 años- quienes representan al 27,9 % de la población. Por otro lado los adultos mayores solo alcanzan al 6,5%, siendo el tramo etario con menor proporción.
Asimismo, la pobreza infantil afecta a un 59,1% de los niños y jóvenes -entre 0 y 17 años-, en tanto no se cumplen condiciones de nutrición básicas, acceso a agua potable, electricidad, educación, y un nivel adecuado de saneamiento (disponibilidad de agua o servicio higiénico).
Extranjeros y migración
El 5,9% de la población que vive en campamentos se declara extranjera, concentrándose principalmente en la región de Antofagasta, donde tres de cada diez pobladores no son chilenos.
Condiciones sanitarias y de habitabilidad
Según el estudio, un 76% de las personas que viven en campamentos no cuenta con agua potable. Asimismo, un 91% de las viviendas no tiene sistema de alcantarillado, y un 48% no tiene acceso formal a la electricidad, demostrando cifras críticas en cuanto al acceso a servicios básicos.
Un 61,9% de las familias presentes en campamentos presentaría, a la vez, un saneamiento deficitario, es decir, baja disponibilidad de agua o un servicio higiénico deficitario.
Hacinamiento
La presencia de 3 o más personas viviendo por cada dormitorio afecta a más de 50 mil hogares en el país, lo que corresponde aproximadamente a un 9,3% de los chilenos, según la última encuesta Casen. Trasladado al contexto de los campamentos, el hacinamiento se incrementa a casi el triple, afectando a un 25,7% de los hogares.
Educación
Otro de los problemas de las personas que viven en campamentos es su bajo nivel de escolaridad, pues el 66% de las personas mayores de 19 años no ha terminado su educación escolar, mientras a nivel nacional esta cifra es solo de un 27,6%.
En tanto, de los niños que viven en campamentos y asisten al colegio, un 74,6% va a un establecimiento municipal, el 16,8% a uno particular subvencionado, y el 4,7% a uno particular pagado. Por su parte, de los jóvenes que se encuentran en la educación superior, un 0,4% asiste a un Centro de Formación Técnica, el 0,8% va a un Instituto Profesional, y el 0,6% asiste a la Universidad.
Ingresos
Con una tasa de cesantía cercana al 10,7%, los ingresos en los campamentos son preocupantes en comparación con los niveles nacionales. La media mensual de los hogares es un ingreso de $235.250, lo que se traduce en que un 61,5% gana menos del sueldo mínimo.
Baja confianza en amigos y vecinos
En relación a los niveles de confianza dentro de los campamentos, las instituciones en las que más se confía son la familia (81,7%), Carabineros (60,3%) y los medios de comunicación (45,8%).
Por el otro lado, los amigos, el Estado y los vecinos son las instituciones en que menos confían en los campamentos.
Inseguridad y drogadicción, los principales problemas
La inseguridad (48,4%), drogadicción (46,3%) y la contaminación (46,1%) son las principales problemáticas nombradas por la comunidad.
Este alto nivel de inseguridad estaría vinculado con los bajos niveles de confianza en los vecinos y amigos, los propios habitantes de los campamentos.
La encuesta fue realizada en mayo de 2015 de forma presencial en 3.062 hogares, que viven en campamentos en los cuales TECHO-Chile está presente con sus programas de trabajo. El estudio fue aplicado en 11 regiones del país, excluyendo la región de Atacama debido a los efectos del aluvión en la zona, además de las regiones del Maule, Aysén y Magallanes por la ausencia de TECHO-Chile en esos lugares.