"NUNCA JAMÁS VUELVAN A AMENAZAR A ESTADOS UNIDOS O SUFRIRÁN CONSECUENCIAS QUE POCOS EN LA HISTORIA HAN SUFRIDO".
Así, con mayúsculas, fue la advertencia que el presidente Donald Trump le envió el domingo a través de Twitter al presidente de Irán, Hassan Rouhani.
"YA NO SOMOS UN PAÍS QUE HARÁ CASO A SUS DEMENTES PALABRAS DE VIOLENCIA Y MUERTE. ¡SEAN CAUTELOSOS!", remataba el tuit.
Las declaraciones de Trump llegaron en respuesta a las palabras que anteriormente dijo Rouhani ante un grupo de diplomáticos iraníes.
"Estados Unidos debe saber que la paz con Irán es la madre de todas las paces, y la guerra con Irán es la madre de todas las guerras", señaló el mandatario iraní.
Rouhani instó a Washington a no incitar a los iraníes a ponerse en contra del gobierno.
"Trump, no juegues con la cola del león, solo llevará al lamento".
En esta escalada de tensión, también participaron las cancillerías de ambos países.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, consideró que el gobierno de Irán "se parece más a una mafia que a un gobierno" y aseguró el domingo, en una conferencia frente a un grupo de iraníes-estadounidenses, que Washington respaldará a los iraníes descontentos con el gobierno de Rouhani.
Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, contraatacó en Twitter al señalar: "Tenemos milenios de vida y hemos visto la caída de imperios, incluido el nuestro, que duró más que la vida de algunos países. ¡SEAN CAUTELOSOS!".
La postura del gobierno de Trump contra Irán recuerda a sus incendiarias acusaciones contra Corea del Norte. En ese caso, la tensión derivó en un acercamiento diplomático.
¿Cuál es el origen de la tensión?
La reciente escalada de tensión se produce a tres semanas de que EE.UU. vuelva a imponer la primera ronda de sanciones bancarias contra Irán, a raíz de que Trump decidiera abandonar el acuerdo nuclear por el cual Irán se comprometía a frenar sus actividades nucleares a cambio de que se le levantasen las sanciones internacionales.
Washington vuelve a ejercer este tipo de presión pese a las objeciones de Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania, que firmaron el acuerdo en 2015.
En mayo, cuando anunció la retirada de EE.UU. del acuerdo, Trump calificó el pacto como "horrible; un acuerdo unilateral que nunca debió hacerse".
Según el actual presidente estadounidense, el acuerdo, firmado durante la era Obama, no impedía lo suficiente a Irán desarrollar sus "actividades desestabilizadoras" en la región.
Irán, por su parte, insiste en que su programa nuclear es pacífico.
En 2017, luego de una inspección, la Agencia Internacional de Energía Atómica aseguró que Teherán estaba cumpliendo con el acuerdo, aunque no visitaron instalaciones militares, lo que alimentó las sospechas de Estados Unidos.
Además, hay otros puntos de fricción entre ambos países.
Estados Unidos recela de la actividad iraní en Medio Oriente y es aliado de Israel y Arabia Saudita, dos de los adversarios de Irán en la región.
Irán ha enviado cientos de tropas a Siria y ha fortalecido su presencia militar en esa zona. Además, varios Estados lo acusan de apoyar al grupo rebelde chiita Houthi en Yemen, aunque Teherán niega estas acusaciones.
¿Máxima presión?
Según Gary Sick, investigador del Instituto de Medio Oriente de la Universidad de Columbia, las declaraciones de Trump y Pompeo forman parte de una estrategia "muy bien organizada para poner presión política, económica y propagandística sobre Irán".
"La gente que rodea a Trump, entre ellos Pompeo, tiene la sensación de que la manera de lidiar con Irán es presionarles al máximo y hacerlos colapsar", dice Sick en declaraciones a BBC Mundo.
"Estos mensajes tienen la intención de que la gente se levante en contra del gobierno iraní", apunta.
Sin embargo, Sick matiza que "esperar que Irán colapse, que haga lo que EE.UU. quiere o que la gente vaya a derrocar el gobierno son meras ilusiones".
"La mayoría de los países, no solo Irán, cuando se ven frente a grandes ataques de un enemigo externo, tienden a unirse y volverse más nacionalistas y creo que eso es lo que está ocurriendo en Irán, lo cual no quiere decir que no vayan a pagar un precio por ello".
En noviembre, se espera que entren en vigor mayores sanciones de Estados Unidos enfocadas a cortar el mercado de petróleo de Irán, el quinto mayor productor del mundo, que cada año exporta miles de millones de dólares del combustible.
Consecuencias de la tensión
Por ahora, el rifirrafe, no obstante, no provocó grandes caídas en los mercados.
"Creo que el mercado es un poco complaciente", consideró el analista Bob McNally a la cadena estadounidense CNBC.
"Quizás piensan que esto es una repetición de lo que ocurrió con Corea del Norte. El presidente tuiteará fuego y furia y antes de que te des cuenta, los presidentes Trump y Rouhani estarán en Ginebra reunidos hablando de un acuerdo".
Sin embargo, el domingo Irán amenazó con cerrar el estrecho de Hormuz, la vía marítima para transporte de petróleo más importante del mundo.
Según los expertos, si esto ocurre o si se inicia una confrontación militar entre ambos países, los precios del petróleo aumentarían drásticamente.
"Cerca del 30% del petróleo que se transporta por vía marítima va a través de ese Estrecho. Eso es un problema mucho mayor", destacó McNally.
Respecto a la posibilidad de que la confrontación siga escalando, el analista Sick, de la Universidad de Columbia, considera que " es una posibilidad real que Estados Unidos llegue a usar la fuerza militar".
"De cierta manera, estos ataques verbales y económicos son muy similares a los que hubo antes de la guerra contra Irak", opina el experto en conversación con BBC Mundo.
"Con Irán no hemos llegado a ese punto, pero viene del mismo manual".